Capítulo 5
El NiÑo Clonado
Empecé el año de con nuevas metas y con grandes deseos de superación personal para alcanzar el éxito en mi profesión tanto en el aspecto científico como en el económico y me entregué a mi trabajo con dedicación y entusiasmo.
Tenía en mente durante este año o el siguiente acreditarme algunos cursos sobre las ramas de la Genética que me mantenían muy interesado y porque estaba plenamente convencido de que el futuro se abría a esta ciencia arrolladoramente. Tal vez más adelante podría conseguir una beca para estudiar alguna de estas especialidades en Inglaterra o en Estados Unidos.
El jueves 27 de febrero, me desperté con una noticia publicada en la revista científica Nature y reproducida en todos los periódicos, que conmovió al mundo entero. En Edimburgo, Escocia, con el Dr. Ian Wilmut al frente y los científicos del Roslin Laboratories, realizaron la hazaña de producir por primera vez una oveja sin la intervención de gametos masculinos, a partir de células mamarias de otra oveja adulta de seis años de edad.
Tras un embarazo normal en el útero de un tercer animal de la misma especie, nació, en el mes de julio de 1996, una oveja clonada genéticamente idéntica a la que donara la célula mamaria, a la que bautizaron con el nombre de Dolly.
La acción trascendental de clonar a Dolly por los científicos de Edimburgo no fue un proceso fácil, éste consistió hablando más detalladamente, primero, en extraer células de la glándula mamaria de una oveja adulta y cultivarlas en un tubo de cultivo donde las privaron de nutrientes durante cinco días para obligarlas a que abandonaran su ciclo normal de crecimiento y llegaran a la fase cero o fase diploide (G0) que es el estadio anterior a la división celular.
Como segundo paso extrajeron óvulos (ovocitos o cigotos) no fertilizados de ovejas (277 en total) y se les extrajo su propio núcleo que es donde está contenido el material genético impreso en el ADN.
El tercer paso es lo que se llama transferencia nuclear y consistió en introducir un núcleo de una célula mamaria dentro de un óvulo vacío o enucleado, luego durante estímulos enzimáticos o eléctricos de bajo voltaje se obligó a esta célula fusionada a desarrollar la fase de embrión. (Sólo 29 de ellas llegaron a la fase embrionaria). El cuarto paso consistió en implantar en el útero de una oveja preparada hormonalmente, el embrión. Se emplearon 13 úteros, hubo siete nacimientos y sólo una oveja pudo desarrollarse normalmente, siendo la que después de un embarazo sin complicaciones parió a la oveja Dolly, la cual salió una réplica exacta, genéticamente igual a la oveja que donó la célula mamaria.
El Dr. Wilmut expresó que el objetivo del experimento había sido obtener productos de alto valor comercial dado que la nueva tecnología de transferencia nuclear permitirá producir animales de alta calidad y no sólo eso sino que se podrá inducir la producción de componentes de interés en la industria farmacéutica , además de la creación de órganos compatibles para ser transplantados a seres humanos.
Tres días después el 2 de marzo se anuncia otra noticia bomba, usando el mismo procedimiento que con Dolly, nacen de dos embriones clonados, dos monos en el Oregon Regional Primate Research Center en Beaverton, Ore. Es el paso más audaz que jamás haya dado la ingeniería genética y el más cercano a la posible clonación de la especie humana.
Lo que alguna vez pudo ser una fantasía literaria, ahora es un hecho que toma al mundo por sorpresa, antes que haya comprendido el significado real y las implicaciones científicas; la clonación de estos animales tanto la oveja como los monos, están causando un auténtico cisma científico, religioso y social.
El 65% de los norteamericanos, según una encuesta de Gallup/CNN, están asustados ante estos recientes experimentos y son partidarios de que el Gobierno los prohíba o cuando menos los ponga bajo control limitado.
Estos temores son en gran parte el reflejo causado por los escritores de la literatura y cine de ciencia ficción donde generalmente explotan la parte negativa de las cosas y nos remiten a ese esfuerzo del hombre por llegar más allá de cualquier límite establecido a la naturaleza humana; como ejemplos podemos citar a la autora Mary Schelley (1797-1851) a través del “Dr. Frankeinstein” quien inscribe la narración de un suceso imaginario donde se crea un ente a base de transplantes de cadáveres que en su intento de dar vida a este ser, crea un monstruo malévolo que provoca miedo y en respuesta a ese miedo, el lector o el espectador reacciona con el deseo ferviente de que nunca se haga realidad; “Los niños de Brasil” película en la que el Dr. Mengele ha logrado clonar a Hitler en una serie de niños que se distribuyen en distintas partes de la tierra; aquí Hitler representa para la mayoría del mundo la maldad, lo abominable, y por lo tanto el público reacciona en contra de la clonación sin más averiguaciones; “El Mundo Feliz” (Brave New World 1932) de Aldous Huxley (1894-1963), quien cambió la medicina por la literatura, en la que se producen individuos en serie para que sirvan como obreros en las fábricas; “Blade Runner”, “La Isla del Dr. Moreau” y otras, tienen como común denominador la reproducción de seres humanos por hombres en abierta trasgresión del orden natural.
Otra de las causas que originan estos temores es que la ciencia gradualmente se ha hecho más abstracta con el uso de tecnicismos tan complicados que han sobrepasado la comprensión y la capacidad del pensamiento diario, cubriéndola con un halo de misterio.
Estos acontecimientos relevantes, me obligaron a documentarme vía Internet, pues ya daba como un hecho que mis estudiantes de preparatoria, tenían lista su artillería para bombardearme con toda clase de preguntas acerca de estos.
En efecto así fue, después de pasar lista, un estudiante de la parte media del aula preguntó de inmediato:
- Maestro: ¿Cómo está el rollo ese de la clonación? ¿Qué onda se traen con eso? -
- Pues verán - contesté con un suspiro de resignación - aunque hoy nos toca clase sobre la estéreo isomería de los compuestos orgánicos, vale la pena hablar sobre este acontecimiento histórico científico que nos ha tocado vivir aunque yo no sea un experto en materia de genética.
“La clonación, es la cabeza visible y desarrollo último de la ciencia genética, representa una de las líneas de adelanto científico que está cambiando el progreso humano en este fin de siglo y de milenio” dije para introducirme en el tema.
“La acepción más antigua de la palabra clon proviene del griego y quiere decir ramita por aquello de que algunas ramas de plantas pueden arraigarse en el suelo y crecen produciendo un organismo completo de la misma clase, a la que perteneció cuando era sólo una rama del mismo, o la rama puede injertarse a otra rama mayor de otro árbol igual o de variedad diferente, donde crecerá y florecerá, ahora el vocablo clon ha comenzado a emplearse para cualquier organismo de un solo progenitor y de origen no sexual.
El diccionario de la Real Academia Española señala que la palabra clon significa: estirpe celular o serie de individuos pluricelulares nacidos de ésta, absolutamente homogéneos desde el punto de vista de su estructura genética; equivale a estirpe o raza pura, como ejemplo tenemos a los seres vivos de una sola célula que no se reproducen sexualmente, se dividen simplemente partiéndose en dos o más células que son idénticas entre si, y por lo tanto son un clon; la esponja, la hidra o una estrella de mar que son seres pluricelulares, pueden dividirse en dos partes, y esas partes, si se mantienen dentro de su medio ambiente habitual, crecerán hasta constituir un organismo completo, esos nuevos organismos pueden considerarse clones.”
En terminando la explicación, una alumna levantó la mano y preguntó:
- Maestro, ¿Puede darse la clonación en animales superiores?-
“Por lo general en los animales complejos no ocurre ésta situación, excepto en el caso de los gemelos idénticos o de triates homocigotos o sea del mismo óvulo y univitelinos, o de la misma bolsa, donde el óvulo se divide en dos o tres o más y cada parte sigue su desarrollo normal, aquí se puede considerar que una parte, es un clon de la otra parte; generalmente la reproducción en animales superiores incluyendo por supuesto al hombre, es exclusivamente sexual pero, con la interferencia humana científica se puede llevar a cabo la reproducción de animales inferiores y superiores mediante la clonación, tales fueron los casos de los renacuajos clonados en 1952, los clones de ratón en 1981 y la clonación de la oveja Dolly y de los monos en 1996 y 1997 y probablemente el mismo hombre para el año 2010 cuando la tecnología esté más probada y depurada.”
Hice una pausa para observar el grado de interés despertado en los alumnos y entré de lleno a explicar pormenorizadamente paso por paso la clonación de la oveja Dolly mediante gráficos dibujados en el pizarrón; el efecto fue impactante en los alumnos y de allí se empezaron a generar las preguntas:
- Que son células diploides - interrogó uno.
“Se llaman también células somáticas o del cuerpo, como las células de la piel, del hígado, del páncreas, etc. y contienen los cromosomas completos dependiendo de la especie; en cambio las células haploides como el espermatozoide y el óvulo, sólo contienen la mitad de los cromosomas de cada especie en particular, por ejemplo en la especie humana todas las células diploides tienen 46 cromosomas y las células haploides contienen sólo 23, pero al unirse mediante la fecundación completan el número total de cromosomas.
- ¿Por qué las células diploides dan entonces otras células tan diferentes en vez de formar un individuo completo?- preguntó una alumna de abundante cabellera poniéndome en aprietos.
“Porque este es el resultado de otro proceso distinto al crecimiento, que se conoce como diferenciación y que consiste en la expresión selectiva de la parte de la información genética correspondiente a cada tejido; de todas formas la célula sigue conservando la información de todos los cromosomas completos, si no, no hubiera nacido Dolly” dije saliendo del apuro.
- Maestro - intervino un estudiante cubierto con una chamarra con logotipo del Instituto - en el nacimiento de Dolly intervinieron tres ovejas, ¿No es posible reducir el número a una sola oveja?
- Teóricamente si lo es, es posible que el mismo mamífero hembra sea a la vez donadora de la célula diploide, del óvulo y del útero, sólo falta llevarlo a cabo.
- Maestro, ¿Qué pasaría si al óvulo de la oveja en lugar de introducirle un núcleo de célula mamaria de una oveja hembra, se le transfiere un núcleo de una célula somática de una oveja macho? ¿Nacería un macho o nacería otra vez una hembra? - preguntó un alumno de rosados cachetes.
- Interesante pregunta cuya incógnita estará en breve tiempo al descubierto – dije yo pensativo y continué:
“ Esta será sin duda, una de las pruebas más contundentes de que la determinación del sexo está concentrada en el material genético de los cromosomas sexuales o en caso contrario se tendrán que buscar nuevas explicaciones”.
- Maestro, a como van las cosas ¿Quiere decir que en el futuro ya no vamos a necesitar a los hombres para reproducirnos?- preguntó una guapa estudiante con coquetería deliberadamente mal intencionada.
- ¡Tu te lo pierdes!- gritó otro estudiante de la parte posterior del aula provocando una risa general.
“No, no creo que lleguemos nunca a sustituir el método tradicional de reproducción, más bien podremos utilizarlo en algunos casos como la de aplicar esta técnica para tener hijos cuando otros métodos sobre infertilidad hayan fracasado; inmortalizar genios de la ciencia y las artes, duplicándolos o triplicándolos antes de que mueran, para que sigan creando maravillas; reponer la pérdida de un ser querido volviéndolo a producir; indirectamente por la necesidad de tener clones en etapa embrionaria, para hacer importantes descubrimientos sobre el cáncer o todo tipo de enfermedades hoy incurables, etc.”
Cuando terminé de contestar se oyó un murmullo sordo de admiración por todos los ámbitos del aula y de inmediato muchas manos se levantaron para formular una pregunta. Se la di a un alumno de gruesas gafas que tenía un aire de intelectual:
Maestro - dijo pausada y ceremoniosamente - en su interesante disertación escuché la posibilidad de recuperar un ser muerto mediante la clonación: ¿No es esto muy temerario y antiético?
Terminando la pregunta se oyó una voz de la parte de atrás que decía:
“¡Cállate Einstein enfadoso!” acompañada de una trompetilla.
- Mire joven - le dije buscando entre mis notas, la adecuada:
“No se trata de hacer réplicas de personas o animales simplemente refrigerando sus cadáveres porque es imposible hasta ahora, así lo dijo el Dr. Wilmut y sus colegas de Edimburgo, pero admitieron que las células empleadas para crear a Dolly permanecieron congeladas durante el experimento y allí se abrió la posibilidad de que algún día sean clonados seres muertos; ellos admiten que si a un individuo vivo se le extraen algunas células y éstas se someten a una congelación controlada y son protegidas químicamente, como se hizo con la oveja, podría hacerse un clon de esa persona una vez muerta. Por otro lado lo que aquí estamos haciendo es analizar los acontecimientos bajo la fría luz de la ciencia sin entrar en elucubraciones éticas o religiosas, eso lo dejaremos para después, sin embargo le pondré un ejemplo simple: el caso de un joven como usted que sufre un accidente y por la severidad del mismo, es irremediable la muerte, antes de morir se le extrae algún órgano o tejido y se conserva adecuadamente. Después de su muerte se le presenta a sus atribulados padres la opción de recuperar a su hijo amado en una segunda oportunidad, ahora la pregunta es ¿Quién va a juzgar si es ético o no: sus padres o la sociedad?”
Otro murmullo grave en el aula y alumnos polemizando, muchas manos pidiendo la palabra, esta vez se la di a una alumna de la fila de enfrente:
- Maestro, quiero hacer esta pregunta: ¿Si a mi me clonaran, la niña resultante sería igual que yo? ¿Pensaría igual que yo?-
“Físicamente sería idéntica a usted, también heredaría ciertos gustos y predilecciones, ya que su célula diploide con sus 46 cromosomas, no tendría que compartir genes con un gameto masculino, sin embargo, los seres vivos los humanos, somos producto no sólo de los genes sino también del entorno, lo que nos rodea.
La educación, los valores morales, el ambiente, la alimentación y hasta las enfermedades que contraigamos y muchas cosas más influyen en el destino de hombres y mujeres. Su clon no pensaría ni actuaría igual que usted, si fuera un ser desnutrido, analfabeta, creado en un ambiente sórdido, fanatizado por alguna religión y hasta con alguna enfermedad crónica.”
Otro ansioso alumno luchaba por hacerse notar agitando su mano insistentemente, accedí a su pregunta:
- Maestro, Dolly fue clonada con células mamarias de una oveja de seis años de edad, ¿Al nacer el clon tiene cero o seis años?-
- Buena pregunta - le dije al inquieto alumno.
“Existe una teoría que postula que el envejecimiento celular de todo organismo, es producto de un daño genético acumulado en el ADN nuclear. Si la teoría resulta cierta y si el óvulo receptor no fuera capaz de reparar esta supuesta anomalía, el individuo clónico nacido tendría una edad equivalente a la de su progenitor original, a pesar de tener apariencia de recién nacido.
Esto es una teoría y tendrá que comprobarse o desecharse con la oveja y los monos clonados; yo pienso en contraposición a esta teoría, que todas las células del organismo se van renovando, no conservamos ninguna de los billones de células originales con las que nacimos y un ejemplo palpable lo podemos observar cuando ocurre un nacimiento de tipo sexual producto de una hembra joven y un macho viejo, el nuevo ser nace con cero años, aunque el espermatozoide fecundante, provenga de un individuo viejo, o más aún aunque provenga de un banco de esperma, así que habrá que esperar para ver quien tiene razón.”
Muchos brazos de estudiantes, todavía tenían interrogantes, pero me vi obligado a decirles:
“El tiempo se ha terminado, sólo nos quedan algunos minutos para sacar algunas conclusiones sobre este apasionante tema, podemos decir que:
1. Las células somáticas o diploides, son capaces de participar en la reproducción pues bajo condiciones especiales, pueden comportarse como células sexuales ya fusionadas. Esto acaba con la idea de que en el proceso reproductivo se requieren células especializadas en la función sexual.
2. Las células sexuales masculinas o espermatozoides, no son indispensables para la reproducción. Si los espermatozoides no son necesarios, entonces se elimina el elemento masculino, es factible pues, la reproducción sin machos.
3. La capacidad reproductiva del óvulo no radica en su propio núcleo, pues a esta célula puede extirpársele el material genético contenido en él, y transplantarle otro núcleo de una célula somática exógena.
4. Ni los espermatozoides ni el núcleo del óvulo son determinantes en el sexo biológico de nuevos sujetos.”
Dicho esto, recogí mis notas y me fui abriendo paso a duras penas entre los estudiantes que se aglutinaban a mi alrededor haciendo más y más preguntas, por fin pude deshacerme de ellos cuando subí a mi automóvil y me alejé a toda prisa.
Varios días después me encontraba en el laboratorio del Instituto, donde el Hematólogo Dr. Vinav, me estaba enseñando la técnica de cómo hacer una punción en el esternón de un paciente, para obtener médula de ese poroso hueso mediante un trócar o aguja muy gruesa y muy corta para posteriormente hacer el diagnóstico microscópico de leucemias; estaba quitándome los guantes cuando llegó el Dr. Poncho Gracia como todos los días a tomar café en nuestro cubículo especialmente adaptado para eso, minutos después llegaron el Gineco Obstetra Nieto y el Endocrinólogo. Antes de sentarnos Poncho me entregó el periódico El País de circulación nacional y me dijo:
- Toma para que te enteres -
El Dr. Gracia sabía que me apasionaba la Genética y que deseaba hacer una especialidad en esta rama; mientras los demás platicaban yo me dediqué a leer la nota periodística, cuyo encabezado decía:
“Richard Seed declara en un Simposium de Tecnología Reproductiva, en la Universidad de Illinois su disposición de clonar seres humanos” y continuaba así el reportero Javier Valenzuela:
“El debate ético que se generó a partir de la clonación de Dolly, se acrecentó cuando el científico norteamericano Richard Seed declaró a la prensa que a partir de 1998, empezaría a experimentar clonaciones en seres humanos, empleando la misma técnica utilizada por los científicos con base en Edimburgo para crear a Dolly, y justificó tal objetivo como una solución viable para parejas estériles. Seed mencionó que su meta era lograr tales resultados en dos meses más la etapa de embarazo. El científico iniciaría experimentos en Tijuana, México; Islas Canarias o Bahamas, con cuatro parejas dispuestas a colaborar física y económicamente con el proyecto. Pese a las críticas generales, Seed se ha manifestado contrario a la opinión pública y al gobierno auto nombrándose libre pensador.”
Y aquí empezaba la nota amarillista con mucho de falso estimulada por los medios de comunicación y al mismo tiempo explotada para obtener beneficios económicos:
“..Pero lo que más ha conmovido e indignado a ciertos sectores de la sociedad, ha sido la posición asumida por Seed de considerar su trabajo parecido, sino igual, al de Dios. Su interpretación del Génesis plantea que cuando Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, estaba hablando literalmente: Dios quería que el hombre terminara siendo igual que El, convirtiéndose a su vez en Dios.
Con la fabricación de los primeros clones humanos Seed quiere ser el Mesías del nuevo Génesis.”
- Esto es absurdo - dije en voz alta aventando el periódico sobre la mesa.
- ¿Qué te pasa flaco? - me dijo Poncho riéndose de mi mal humor.
- Que este científico Seed no es un investigador serio - escuchen les dije al grupo leyendo la nota periodística rápidamente y continué:
“Independientemente de la porquería amarillista del diario y de las implicaciones éticas y morales, lo que quiere hacer Richard Seed es una aventura prematura y arriesgada; yo tengo información de Josep Santalo que es profesor de Biología de la Reproducción en la Universidad Autónoma de Barcelona que expresa que existen varios problemas que se deben solucionar antes de iniciar un programa de clonación humana, algunos son de tipo científico y otros de carácter logístico; entre los de carácter científico está en orden de importancia la necesidad de hacer una mayor investigación en modelos más similares a nuestra especie, como los grandes simios antropomorfos, otra, la necesidad de disponer de una gran cantidad de óvulos humanos; si para obtener una sola clonación en Dolly, se necesitaron 277 óvulos (de los cuales sólo 29 llegaron a la fase embrionaria) y 13 úteros para desarrollar los embriones, a escala humana: ¿Cuántas se necesitarían?” pregunté señalando al Ginecólogo Nieto; éste poniéndose el dedo índice en la barbilla y entrecerrando los ojos en actitud pensativa contestó:
“Yo calculo que obligando a los ovarios a eclosionar varios óvulos mediante tratamiento hormonal, necesitaríamos disponer de unos 1,200 óvulos o de 120 a 240 mujeres donantes, para conseguir una clonación humana, a como está la técnica de transferencia nuclear actualmente; además, en los humanos, el control del desarrollo embrionario es dirigido inmediatamente por el genoma del propio embrión.”
Esto último que dijiste, es otro obstáculo que hay que sortear- dije retomando la palabra:
“En el ser humano, en el proceso de transferencia nuclear, el núcleo de la célula diploide, que ha sido previamente desprogramado (para permitir que dé lugar a todos los distintos tipos celulares) y el citoplasma del óvulo que aún contiene ácidos nucleicos de origen materno, interaccionan más rápidamente que en el caso de los ratones, ovejas o monos; con lo cual la reprogramación es mucho más difícil de conseguir en las personas.”
Existe otra cosa que hay que tomar en cuenta - intervino el Endocrinólogo:
“Según leí en una revista científica, un tal Griffin del Instituto Roslin de Edimburgo, afirma que a la fecha, han nacido algunas ovejas clónicas y la mayoría han muerto por malformaciones, tampoco se conoce la esperanza de vida de éstas ovejas clonadas ni su predisposición a procesos degenerativos o tumores, así que yo también pienso que la aventura emprendida por el Dr. Seed es muy prematura” concluyó.
- De todos modos – volví a retomar la palabra – la clonación humana ya no habrá quien la pare, y mi optimismo científico me permite asegurar que dentro de unos ocho o diez años, ésta será una realidad indiscutible, terminé mi discurso al momento que todos se levantaban para reintegrarse a sus labores.
El tiempo se iba deslizando tranquilamente y yo muy ocupado entre mis trabajos y la docencia no me quedaba mucho tiempo para emprender otros proyectos de investigación.
El 9 de julio localicé por Internet la noticia de un nuevo adelanto científico en los mismos Laboratorios Roslin de Edimburgo, comunicaban el nacimiento de Polly una nueva oveja clonada, pero transgénica, es decir se le implantó un gen humano con la información para producir una proteína humana (factor IX de la coagulación) en su leche, que ayudará a combatir enfermedades como la hemofilia en humanos; ésta oveja junto con sus otras cuatro hermanas transgénicas, suponen la cristalización de los sueños científicos por conseguir animales que produzcan concentraciones de proteínas terapéuticas en su leche. Por su parte Ron James, Director de la Compañía Terapéutica PPL, expresó su deseo de producir un rebaño de ovejas en Nueva Zelanda que, modificadas genéticamente, podrán producir leche con la proteína AAT, necesaria para tratar enfermedades de fibrosis en humanos; así que el nacimiento de Polly sólo es la primera etapa de un proyecto cuyo fin es producir proteínas humanas complejas con métodos menos costosos. Otro de sus objetivos es producir cerdos transgénicos capaces de crear órganos potencialmente transplantables a humanos.
Cuando terminé de leer la noticia me quedé cavilando en que, a como va el veloz desarrollo de la ciencia genética, muy pronto ésta novedosa técnica transgénica en animales será obsoleta y económicamente inconveniente, al momento en que los bioingenieros genéticos empiecen a arreglar en el genoma humano los genes defectuosos y a producir órganos, ya sea por cultivo de células o por clonación de células embrionarias reprogramadas.
En el hospital me encontré con la grata noticia de que ya teníamos en la planta médica un nuevo traumatólogo especialista en Cirugía Reconstructiva, el Dr. Flavio Figueroa, él venía del Centro Médico número 2 de Seguridad Social de la Capital de la República a cubrir la plaza que tanta falta estaba haciendo en este nosocomio regional. A mi familia y a mi nos daba la ventaja de no tener que trasladarnos hasta la Ciudad de México.
En la sala de conferencias fuimos presentados, se trataba de una persona de grata presencia, de edad madura que ya denotaba una calvicie incipiente, de regular estatura y trato amable, quedé de entrevistarme con él para tratar el asunto de Quiqui. Así lo hice y días después me presenté en el piso de Traumatología en su oficina, acompañado de Quiqui, quien no dejaba de chupar una paleta de fresa.
- Hola Químico- me dijo levantándose de su escritorio para tenderme su mano a manera del acostumbrado saludo.
- Qué tal - le contesté - aquí te traigo al pillo de Quiqui para que lo evalúes y me digas qué es lo que podemos hacer.
- Hola Quiqui - le saludó el Dr.
- Hola - le contestó ya arriba de la mesa de exploraciones donde estaba tratando de colocarse en sus oídos el estetoscopio del médico. El Dr. palpó la cabeza del niño, observando detenidamente el resultado de las dos anteriores intervenciones dando su aprobación.
- Las hizo el Dr. Roberto Olvera de la Unidad de Traumatología del Centro Médico número Uno -le dije a manera de información, me supongo que lo conoces.
- Sí, lo conozco desde hace años, cuando juntos hicimos la residencia en el mismo Centro Médico Uno - contestó.
- ¿Crees que vayas a necesitar otro injerto de piel?- pregunté-porque en el Laboratorio de Citogenética hay suficiente piel congelada, sobrante del primer injerto.
- Quizá más adelante cuando lleguemos a la parte media de la superficie quemada, tengamos que utilizar otro pequeño injerto, tal vez del existente, o extraer uno nuevo; pero no está por demás tener el tejido aquí a la mano- dijo el cirujano en actitud pensativa.
- Entonces me pondré en contacto con mi colega y amigo, para que nos lo envíe por vía aérea a través del Instituto, y lo guardaremos en el congelador de nitrógeno de la Unidad de Patología, donde almacenamos también algunas cepas del Laboratorio de Microbiología - dije decidido.
- ¿Para cuándo piensas que podrías practicarle la siguiente intervención quirúrgica al niño? -
Yo pienso que para los primeros días de agosto estaría bien- dijo consultando su agenda - yo te avisaré cuándo hacerle los análisis clínicos -
Dicho esto nos despedimos no sin antes agradecerle al Dr. su buena disposición para con nosotros.
Días más tarde, el Dr. Figueroa llevó a cabo exitosamente la operación del niño, en la cual se notaba ya una disminución de la superficie quemada, aunque todavía faltaban muchas intervenciones que hacer para resolver el problema totalmente. Esta vez fue muy satisfactorio para nosotros, porque estábamos en casa, en nuestro hospital con médicos y personal conocidos, con nuestros amigos y familiares; quedamos muy agradecidos.
Cada quince días, los sábados, el Dr. Arias Director del hospital nos citaba a los jefes de departamento en la dirección, para conocer y resolver los distintos problemas que exponíamos cada uno en forma rutinaria; después de escuchar los diferentes asuntos que casi siempre eran por falta de equipo y personal, en mi turno reporté la estadística desglosada de análisis practicados en el laboratorio, así como el material y reactivos recibidos incluido el tejido enviado por el laboratorio de Citogenética y los nuevos requerimientos para el siguiente mes, todo esto con fines administrativos.
Cuando salimos, después de algunos comentarios y bromas con respecto a la reunión, mis compañeros de café me preguntaron:
- ¿Qué hay de nuevo en la genética? -
- Pues, que el día 5 de agosto, nació de la vaca Gene el primer becerro clonado en el Instituto de Investigación de la Federación de Cooperativas Agropecuarias en Tsukuba, Japón - contesté.
- ¿Usaron el mismo procedimiento que en Escocia?- cuestionó el Ginecólogo Nieto.
- Sí, pero emplearon una variante, partieron de células básicas extraídas de un feto de ternero. El becerro nació de parto normal tras 280 días de gestación.- informé yo con entusiasmo.
- Eso es otro adelanto más - expresó la Inmunóloga Dra. Lemus, a quien interesaba mucho los transplantes transgénicos.
- El Dr. Neal First de la Universidad de Wisconsin, reciente ganador del Wolf Prize, que viene siendo algo así como el Nobel de agricultura, anunció oficialmente la clonación de una supervaca, capaz de producir unos 18,000 litros de leche al año.-
- ¿Cómo la ven desde ahí?- interrogué al grupo.
- ¡No! Pues si lo logra, seguro se gana otro .... premio- dijo Poncho Gracia usando una palabrota entre medio.
- ¿Qué más hay? - me pregunté a mi mismo - ¡Ah!: 52,000 biólogos de Estados Unidos decidieron voluntariamente suspender por cinco años todo intento de crear un niño por clonación-
“Catorce sociedades científicas lanzaron una moratoria para de esta manera tranquilizar a la alarmada opinión pública y apoyar al Presidente Bill Clinton, quien desde marzo pasado, prohibió la utilización de fondos federales para experimentos relacionados con la clonación humana. Piensan los investigadores que, bajo la presión actual de la opinión pública, una legislación al respecto podría ser excesiva, por lo mismo, han preferido esperar a que las aguas se calmen para que con esta moratoria no sean detenidos otros experimentos biológicos menos inquietantes.”
Con un: ¿Qué piensan de todo esto? terminé mi alocución.
- Yo pienso que el problema que enfrenta el mundo ante el avance de la ciencia no es detenerla, porque sería querer detener el tiempo, sino buscar las políticas que le permitan usar los conocimientos para el bien de la humanidad.- dijo el Dr. Vinav en un, muy bien centrado comentario.
En la Preparatoria mis inquietos alumnos, me atosigaban con preguntas acerca de la Genética, tema que les había apasionado y aprovechaban cualquier oportunidad entre la clase para obligarme a dar alguna explicación, esta vez era sobre las implicaciones legales de la clonación.
- Maestro - dijo un estudiante - yo leí en el periódico “El Mundo” que una pareja solicita poder clonarse para tener un hijo, pero que las leyes se los impiden, ¿Por qué?
“Algún día no muy lejano,- le contesté - la clonación humana será tan aceptable como la fecundación in vitro, pero en el momento actual no es posible llevarla a cabo debido principalmente a obstáculos de tipo científico y logístico; en algunos países como Holanda, el Ministro holandés se indignó por la clonación en animales y se declaró como el primer país en el mundo que prohíbe su práctica, con más razón la clonación humana; en Dinamarca los científicos daneses optaron por parar los experimentos de clonación hasta que exista una decisión ética y legal al respecto; en Italia la Ministro de Salud Rosy Bindi, anunció en el Congreso que se prohíben los experimentos de clonación en animales y seres humanos en toda Italia; en Alemania, el Ministro de Investigación Juergen Ruettgers, pidió un acuerdo mundial para prohibir la clonación de seres humanos y comparó a los científicos contrarios con Hitler, y así Clinton en Estados Unidos y otros países también se oponen aunque todavía no tienen una legislación clara al respecto.”
Me detuve un momento y continué:
“El Papa rechaza con vehemencia la posibilidad de tan abominable acción, y para no ser menos en México el Arzobispo Rivera señala que tales experimentos van en contra de la ley de Dios. Yo pienso que todo esto es el resultado de la ignorancia, sumada a la explotación política y al fanatismo, que lo que debemos hacer es pensar en los beneficios y problemas que se deriven de este acontecimiento y no condenarlos sin tener conocimiento real de este fantástico avance de la ciencia.
Se puede pensar que los motivos del Presidente Clinton son más bien políticos que humanitarios, que otra vez los consejeros del Papa se salieron de onda y que el Arzobispo Rivera no es más que un repetidor de las reacciones de su Iglesia, pero la perspectiva histórica derivada de estos antecedentes permite aquilatar en lo que realmente valen, tanto las actuales noticias amarillistas sobre la clonación humana, como las absurdas reacciones de los personajes mencionados sobre ellas: nada.”
Se hizo un silencio sepulcral seguido de una explosión de voces, gritos y brazos en alto.
- ¡Cálmense!- les dije -no puedo contestar a sus preguntas porque no soy Jurista, únicamente voy a plantear algunos casos que se podrían presentar en lo que podríamos llamar enredos legales sobre la clonación -
“Pongamos por caso a un matrimonio joven en el futuro, el hombre descubre que es infértil por causa de una enfermedad viral parotiditis o paperas. No quieren recurrir a la adopción porque desean que su descendencia esté relacionada biológicamente con al menos uno de los dos.
El hombre aporta un núcleo de una célula diploide y lo introducen en un óvulo enucleado de su esposa, insertan el embrión en el útero de su mujer y nace un niño clonado genéticamente idéntico a su esposo. Las primeras preguntas serían:
¿Es legalmente hijo de la Sra. aunque no tenga un solo gene de ella? ¿Es su hijo adoptivo? ¿Es su cuñado? ¿Es su esposo cuando era pequeño?- Por parte del Sr.:
¿Es el niño su hijo o es su hermano gemelo? ¿Es hijo de sus abuelos?
En caso de fallecimiento del esposo y pasado un tiempo (haciendo a un lado el amor maternal y el amor filial) ¿Podrían ellos casarse demostrando que no hay incesto puesto que no existe consanguinidad, que en realidad es su esposo de repuesto?
En caso de morir intestada la viuda, ¿Podrían los familiares reclamar la herencia demostrando que no es hijo genético y que por lo tanto no existe parentesco?”
Para los que ya decidieron que el hijo es de quien lo pare, pongamos un segundo caso:
Otra pareja de casados fértiles, a cuya esposa por razones médicas le está prohibido gestar un hijo por poner en riesgo su vida; deciden recurrir a la fecundación in vitro e implantar su embrión en un útero prestado o rentado. Al nacer el producto la mujer se niega a entregarlo. ¿De quién es el niño? de la mujer que lo parió ¿Aunque no tenga un solo gene de ella? ¿O de la pareja que aportó el embrión con los cromosomas de los dos?”
Estos interrogantes produjeron una gran efervescencia entre los estudiantes, quienes polemizaban entre si y levantaban la mano queriendo hacer algún comentario.
- ¡Cálmense!- les dije divertido -Ya les indiqué que estas preguntas son para quienes hacen las leyes y quienes tienen la obligación de legislar al respecto y a nivel mundial, permítanme continuar:
“Las parejas homosexuales y transexuales han ido ganando terreno poco a poco: primero, el reconocimiento, más tarde la aceptación, en algunos lugares la posibilidad de matrimonio y ahora su ideal, ser padres biológicos.”
“Pongamos por tercer caso un matrimonio de lesbianas, cuya mitad femenina está esperando un bebé ya sea inseminado in vitro o bien clonado; si es inseminado artificialmente cuyo donante espermatoziodal (padre biológico) es anónimo, ¿Quién es el padre legalmente? ¿La otra mitad de la pareja? el niño, ¿Tendrá dos “mamás” funcionales pero una sola madre legal?. En caso de una clonación donde la lesbiana masculina aporta el núcleo diploide y la lesbiana femenina aporta el óvulo y el útero, nace una niña genéticamente idéntica a la ¨mujer-hombre¨: ¿Quién es la madre legalmente? la que parió a la niña ¿Aunque no tenga tan siquiera un solo gene de ésta? ¿O la otra que aportó sus 46 cromosomas? ¿Es esa niña hija o hermana gemela de la lesbiana masculina? y si se les ocurre a las dos lesbianas clonarse al mismo tiempo en una clonación cruzada ¿Serían las niñas hermanas aunque sean genéticamente diferentes? ¿Quién sería el papá legal de cada una?”
Otra vez se alborotó el avispero estudiantil, entre risas, murmullos y discusiones por lo que tuve que pedir silencio para decirles:
“Tengo en mis manos una noticia explosiva que publica un diario de España llamado El Informador de Cataluña y trae como título: <Ya llega el Hombre Madre.> El científico británico Lord Winston declaró hoy a la prensa que los hombres, los varones, ya podrán ser madres. Ya podremos gestar bebés. El embarazo en un hombre es posible, y se podría desarrollar como si fuera un embarazo ectópico, es decir, fuera del útero en una mujer. Puede conseguirse de una forma relativamente sencilla: se inserta un embrión fecundado in vitro o clonado en el abdomen de un hombre y se le suministra una importante cantidad de hormonas femeninas. Con eso y algunas atenciones médicas constantes, podemos tener un varón embarazado. Esta es la noticia de mayor esperanza que hasta hoy han oído las parejas homosexuales que ya podrán realizar su sueño de convertirse en padres biológicos. Esta noticia supera también la barrera infranqueable de todos los transexuales, que pudieron pasar de varones a hembras pero sin capacidad de concebir, ahora lo hace posible la ciencia.
Veremos hombres y transexuales embarazados contando las semanas que faltan para el parto y hasta las contarán emocionados. Y producirán reportajes televisados y una gran controversia. El parto no existirá, será sustituido por una cesárea; crecerán los pechos del varón de tantas hormonas femeninas, pero no podrán alimentar al bebé.”
- ¡Fúchila con las mujeres!- gritó del fondo del aula un alumno, fingiendo la voz como un homosexual descarado, provocando risas a granel.
“Como ven esta nueva situación, generará un sinnúmero de planteamientos de tipo legal que tendrán que resolverse y legislarse debido a la presión que ejercerán estos grupos que están buscando obtener sus derechos dentro de la sociedad.”
Fue difícil retirarme al terminar la clase como en otras ocasiones, los alumnos se arremolinaban en torno mío, haciendo muchas preguntas:
-¿Qué con los vientres rentados? ¿Se les hará contrato de arrendamiento?- gritaba uno pugnando por hacerse oír entre aquella algarabía.
- ¿Habrá penalización para los que comercien con clones humanos?- gritaba otro desde una esquina.
Por fin pude escaparme de mis alumnos no sin antes prometerles que continuaríamos platicando sobre estos interesantes temas.
El 20 de octubre se publica la noticia de que:
“En los laboratorios de la Universidad de Baht en Inglaterra, ha tenido éxito la obtención de embriones de batracios sin cabeza los cuales fueron mantenidos con vida una semana solamente debido a las estipulaciones de la ley británica. Los métodos aplicados a éstos, se utilizarán sólo para cultivar órganos humanos destinados a transplantes.
Jonathan Slack embriólogo al frente de los experimentos, declaró a la prensa que los trabajos de manipulación genética sirven exactamente para impedir el crecimiento de las partes del cuerpo no necesarias para el propósito, el cerebro, y conseguir sólo las necesarias para los transplantes de hígado, páncreas, riñones, sistema circulatorio sanguíneo y corazón. Respecto a este último, el Dr. Harry Griffin investigador del Roslin Institute, opinó que un corazón no se puede generar en un laboratorio, ya que es un órgano demasiado complejo y que la única posibilidad viable sería producir sólo algunas porciones del órgano necesarias para curaciones.”
Para aumentar las connotaciones éticas en contra de la clonación, en Londres, Inglaterra el Biólogo Lewis Wolpert basándose en los estudios de Slack dice que ya está en posibilidad de producir clones humanos sin cerebro exclusivamente para desarrollar y almacenar órganos transplantables a individuos normales; el científico piensa como otras muchas personas, que en el cerebro está el pensamiento, el intelecto y el espíritu humano mismo, y que un ser sin cerebro no tiene alma. Los principales ataques en su contra son por lo repugnante del asunto, pero él se defiende respondiendo que esa razón no es suficiente para no producir órganos que puedan salvar la vida de otras personas en condiciones críticas. Wolpert expresa que la replicación por clonación, es más un acto de vanidad que de solución a la infertilidad, que es una manera de querer inmortalizarse; en cambio los clones sin cabeza llegan más lejos cumpliendo una función a todas luces benéfica. Los clones sin cabeza, con la misma estructura corporal, mismos órganos, células, tejidos, etc., podrían reemplazar cada órgano deteriorado en el organismo por uno nuevo, alcanzándose, sólo en este caso y no en otro, la inmortalidad.
El día 6 de noviembre se publicó en la prensa la última noticia científica de 1997 referente a Genética. En París se reunieron 53 científicos y académicos reconocidos mundialmente luego de cuatro años de trabajos, para presentar la declaración o el primer código ético de alcance mundial. Este grupo está constituido por médicos, biólogos, expertos en genética, demógrafos, antropólogos, filósofos, sociólogos, abogados, etc., convocados por Federico Mayor Zaragoza, quien era Director de la UNESCO.
La presidenta de este grupo o Comité Internacional de Bioética (CIB) de la UNESCO, Noelle Lenoir presentó a la prensa la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos y declaró que:
“El hombre tiene entre sus manos la posibilidad de transformar la especie, pero no deben permitirse las prácticas que sean contrarias a la dignidad humana, como la clonación con fines de reproducción de seres humanos; apenas empezamos a ver los resultados de la investigación genética y no sabemos a donde llegará.”
“Esta habilidad para transformar la vida, es el resultado de los rápidos avances médicos, científicos y de la tecnología a su alcance, por eso intentamos establecer un balance entre la libertad de la investigación científica y la necesidad de proteger a la humanidad de posibles abusos.”
- ¿Cómo puede prever la UNESCO que no se haga clonación humana, ahora que existe esta tecnología? - pregunta la reportera.
“Porque existe una fuerte voluntad de los Estados para ver que la declaración se adopte y aunque un texto no es suficiente, es un primer paso y eso es muy importante porque todos los países, incluso en aquellos donde la clonación se practica aunque no sea con el método de Edimburgo, Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, están de acuerdo con la fuerte prohibición del traslado de ésta técnica a los seres humanos; la dignidad y la libertad humanas deben estar por encima de todo, estamos hablando de clonación, pero podríamos hablar de prácticas no especificadas en la declaración como la mezcla entre un ser humano y un animal, cosas terribles. Por eso todos los Estados han dicho no a dichas prácticas. Ahora está en sus manos respetar el compromiso en el texto. Pienso que la voluntad política existe.”
- ¿Qué hay del argumento de los científicos acerca de los transplantes de órganos a partir de la clonación?- vuelve a preguntar la reportera.
“Esta posibilidad sólo ha sido contemplada en especulaciones pero nada se ha experimentado. Quienes manejan estas especulaciones o quieren presumir que saben mucho o tienen algún interés en convencer a las personas de que la clonación no debe ser prohibida”
Sintetizando, esta Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos contiene un preámbulo de 25 artículos basados en tres principios fundamentales:
1– El concepto de Genoma Humano como Patrimonio de la Humanidad.
2– La dignidad de la persona.
3– Rechazo a que se reduzca a los individuos a sus características genéticas, sea sujeto de racismo o discriminación.
Establece que cualquier investigación, tratamiento o diagnóstico con el genoma de una persona sólo podrá efectuarse con su consentimiento previo, libre e informado; el derecho de toda persona al acceso de los progresos científicos, a la confidencialidad de los datos genéticos, su derecho a ser indemnizado en caso de daño.
Invita a los Estados a promover la difusión del saber científico sobre el genoma humano, la diversidad humana y la investigación y a velar que los resultados no puedan utilizarse con fines no pacíficos; llama a la solidaridad con individuos, familias y comunidades vulnerables y a la colaboración de los países industrializados en relación con los países en desarrollo.
Concomitante a este respecto, el Comité de Ministros del Consejo de Europa de la que también forma parte Noelle Lenoir, aprobó un protocolo adicional al Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad Humana relacionado con la aplicación de la biología y la medicina sobre la prohibición de clonar seres humanos por considerar que: “la instrumentalización de los seres humanos a través de la creación deliberada de seres humanos genéticamente idénticos es contraria a la dignidad humana y constituye, así, un abuso de la biología y la medicina.” En dicho protocolo se prohíbe cualquier intervención que tenga por objeto crear un ser humano genéticamente idéntico a otro, ya sea vivo o muerto.
Terminaba de leer esta información, cuando la Química Irma Arenas colega y amiga, entró en mi oficina con un montón de papeles para firmar. Mientras firmaba le dije:
- Toma, para que te enteres - y le extendí las hojas con la información; cuando hubo terminado me preguntó:
- ¿Tu crees que con esta declaración sobre el genoma, van a detener los experimentos sobre clonación humana?
- Claro que no - le respondí.
“Según sé el Protocolo no ha sido firmado ni por Alemania ni por el Reino Unido, y eso que en Alemania ya existe una legislación específica contra la clonación humana derivado tal vez por los fantasmas de su pasado; la misma situación prevalece en Estados Unidos, Clinton está promoviendo la prohibición de la clonación humana, aunque yo pienso que es más bien con fines políticos, porque no creo que nuestros vecinos del norte vayan a dejar que otros países tengan la supremacía en esta biotecnología; además la legislación al respecto depende del congreso y éste no parece muy animado.”
- Tienes razón - me dijo Irma - no se resolverá nada prohibiendo ciertas prácticas en un país determinado si los investigadores y médicos pueden desarrollarlas en otros.
- Además - abundé.
“Es muy difícil asegurar que todos los científicos del mundo y las clases dominantes tendrán la ética suficiente para atender a los llamados de no experimentar con seres humanos. Es difícil que el mundo neoliberal, que es privilegiador de todo lo que genere riqueza para ser acumulada en pocas manos, resista la tentación de entrar a ese jugoso y maligno negocio”
- Es cierto - convino mi colega - en el famoso neoliberalismo, la ciencia es rehén de la falta de ética y su uso sin moral es una amenaza para la sociedad actual y la existencia futura del hombre.
Sin más novedades, murió el año y renacieron esperanzas y planes para continuar con el ciclo de la vida.