Capítulo12

El NiÑo Clonado

 

 

 

 

Tomé unas necesarias vacaciones bien merecidas, mismas que utilicé para atender mis negocios particulares y algunos asuntos pendientes, fue entonces cuando se me presentó la buena oportunidad de adquirir la Clínica en donde mi socio y yo teníamos establecido nuestro laboratorio. Se trataba de un inmueble de tres plantas, céntrico, elegante, bien acondicionado, con una sala de ginecología, otra de cirugía y algunos cuartos para recuperación de pacientes; la planta baja estaba ocupada por los consultorios de los médicos especialistas todos amigos míos, así que hice mis cálculos financieros y lo adquirí, era importante tener un patrimonio familiar.

Hasta este año las cosas iban marchando bastante bien, había alcanzado importantes metas debido a mi esfuerzo, había solucionado mis problemas económicos, mi salud y la de los míos eran inmejorables; todos nuestros sufrimientos y angustias parecían haber quedado muy lejanos ¡pero no!...no era así, el destino volvía a ensañarse con nosotros.

El día 19 de enero, mi familia se encontraba en Nogales mientras que yo hacía algunas compras para la clínica en la ciudad de Phoenix cuando timbró mi teléfono celular; era mi esposa que con voz entrecortada por el llanto me decía:

- ¡ES QUIQUI QUE........! -

- ¿Qué dices? ¿Qué sucede?- pregunté alarmado.

- ¡ES QUIQUI QUE SUFRIO UN TERRIBLE ACCIDENTE! -

- ¿CÓMO? ¿QUÉ PASÓ? - volví a preguntar sintiendo la sensación de una descarga eléctrica.

- IBA EN UNA MOTO....Y...¡SE ESTRELLÓ CONTRA UN ÁRBOL...Y... SE FRACTURÓ LA CABEZA!- terminó la frase sollozando.

- ¿QUÉ? ....¡Cálmate! ¿Dónde está? ¿Qué tan grave es?-

- Está en el Hospital, dicen los médicos que tiene un traumatismo cráneo-encefálico y que hay que trasladarlo a Tucson.

- ¡Bien!- Pídeles que ordenen un helicóptero al Hospital Universitario, yo saldré de inmediato para la Unidad de Neurología y Neurocirugía; procura conservar la calma, no te separes del niño.

Por la carretera camino al hospital con los nervios en tensión, hice dos o tres llamadas claves para que me ayudaran en este trance, al Director Administrativo, al Director General Médico y al Director de la Unidad de Neurología y Neurocirugía.

Me estacioné cerca de la entrada principal de la unidad, experimentando un fuerte temblor en mis extremidades inferiores pero corrí desbocadamente hasta los quirófanos de emergencia; allí estaba Quiqui sobre la mesa de operaciones en manos de los médicos, que trataban denodadamente  de ganarle la carrera a la muerte.

Poco tiempo antes había llegado velozmente el autogiro a su sitio de aterrizaje y los paramédicos bajaron arrastrando rápidamente la camilla y, unida a ellos, Eva angustiada tomaba la mano de mi hijo que estaba inconsciente, pálido, ensangrentado y exhibiendo un traumatismo en parietal derecho con presencia de tejido cerebral; lo acompañó a través de los interminables pasillos hasta llegar a la sala de emergencias, donde ya lo esperaba el equipo humano profesional que atendería el infortunado suceso.

Una enfermera me sacó de mi desesperación cuando me dijo:

-Dr. Bernier, siento mucho lo sucedido pero esto va para largo, le sugiero que acompañe a su esposa en la sala de espera -

Así lo hice y antes de entrar aspiré una gran bocanada de aire para serenarme, alguien tenía que tomar el control de la situación y ese era yo.

Al verme, Eva rompiendo nuevamente en llanto, se abalanzó a mis brazos.

-Cálmate cálmate, todo va a salir bien -le dije no muy convencido-

- ¿Cómo sucedió todo?-

- Verás, -contestó mientras nos sentábamos-

“Sin yo enterarme, Quiqui estaba haciendo un cambio con otro muchacho, de su equipo musical electrónico por una motocicleta y, en ese momento se encontraba probando la moto en las colinas de Chula Vista, cuando venía pendiente abajo, -hizo una pausa para limpiar las lágrimas de sus ojos con un pequeño pañuelo- derrapó en una curva y salió disparado volando por el espacio desde una altura de aproximadamente quince metros, para finalmente impactarse contra un árbol.....una de las ramas se le incrustó en el parietal....¡no traía puesto el casco protector!”

Horrorizado me quedé un momento sin habla y después expresé en un tono de voz casi inaudible:

- ¿Cómo es posible que haya cometido semejante imprudencia sin saber conducir esas máquinas?-

Nueve largas y angustiosas horas duró la intervención quirúrgica del equipo médico, al cabo de las cuales se presentó en la sala de espera (que ya estaba casi llena por la llegada de familiares) el neurocirujano principal, aún vestido con su traje azul de cirugía y dijo dirigiéndose a Eva y a mi:

“Soy el Dr. Harold Stoldwin, estuve a cargo de la operación y pudimos manejar el problema lo más favorablemente posible, desgraciadamente fue un traumatismo muy serio con astillamiento de hueso parietal y pérdida de materia encefálica en el accidente. El paciente se encuentra estable hasta el momento.”

- Pero se va a salvar ¿verdad Dr.?- pregunto Eva como implorando una respuesta afirmativa.

- Es prematuro decirlo -contestó el médico- tendremos que esperar que pase la etapa crítica de 72 horas para considerarlo fuera de peligro.

Cuando el especialista salió, con reveladores signos de cansancio en su rostro, lo seguí por el pasillo y alcanzándolo le cuestioné nuevamente:

- Dr. ¿Cuál es el pronóstico?-

- Malo -respondió-. Nuestro principal enemigo es el edema cerebral, el cual estamos tratando de controlar lo mejor posible.

Y continuó:

- Estaremos muy pendientes del niño como corresponde al hijo de un compañero nuestro -expresó estrechándome la mano-

Me quedé un momento pensativo mientras el médico se alejaba, fue en ese instante cuando le grité:

- ¡Doctor!-

El Dr. hizo alto y volteó hacia mi.

- ¡Gracias!-

Esbozando una sonrisa y levantando la mano continuó su camino.

 Las siguientes horas fueron agobiantes y plenas de incertidumbre, se hacía ostensible en nosotros la depresión motivada por la impotencia de no poder actuar a favor de esa criatura que era la fuente de alegría de nuestro hogar.

Alguien del personal del hospital, más bien con piadosa  intención  que con veracidad científica, al ser interrogado por mi esposa con la ansiedad reflejada en su cara, le dijo que el niño iba reaccionando favorablemente, acto que hizo germinar en su mente la creencia de una esperanza salvadora.

Cuando regresé a la sala de espera después de caminar un poco y poner en orden mis pensamientos, encontré a mi esposa rodeada de un ministro de no sé que Iglesia y sus seguidores, que oraban y cantaban salmos pidiendo el milagro divino. Es bien sabido que en momentos de dolor y desesperación las personas se aferran -como los náufragos- a cualquier cosa que signifique la salvación tanto física como espiritual, y es bueno que las personas reciban consuelo y apoyo moral, lo malo es que se aprovechen de la vulnerabilidad de la gente en esas condiciones para fines no muy transparentes manipulando la imagen divina.

¿Cómo podía entregar mi confianza a esta clase de mercaderes religiosos? Según me informaron el tal ministro, ostentaba el más fraudulento título mundial de milagros, incluyendo el de su esposa en fase terminal de cáncer prefabricado.

Esa noche acompañé a mi hijo que estaba confinado en uno de los cuartos de cuidado intensivo, lucía como un cuadro patético, inflamado, con moretones y excoriaciones, con un gran vendaje en el cráneo, semejando el burdo turbante que parecía ya ser parte habitual de su indumentaria; de su pálido cuerpo se prolongaban una maraña de tubos y alambres hacia una especie de placenta electrónica donde se monitoreaban todas sus funciones vitales.

Allí a un lado de su cama donde yacía inmóvil y en silencio, interrumpido únicamente por el monótono sonido del respirador, empezaron a desfilar por mi mente imágenes en movimiento de la vida de mi pequeño como cuando sentí la inmensa alegría de verlo por primera vez, su primera sonrisa, sus primeros pasos, sus primeros balbuceos, sus gracias y ocurrencias, su graduación de la escuela elemental y tantos y tantos recuerdos que se iban sucediendo vertiginosamente.

Que no era justo -pensé- catorce años y tres meses, apenas una existencia que comenzaba y ya se encaminaba a los umbrales de la muerte; nunca había sentido un dolor tan grande, por eso con una opresión en mi pecho apreté con fuerza su mano y le dije como esperando una reacción que lo volviera a la conciencia:

“Hijo...quiero pedirte perdón por la falta de esmero que he tenido para contigo, perdón por no haber limitado mi ritmo de trabajo o mis actividades sociales o deportivas y dedicarte la atención a que tenías derecho; perdóname por el maldito día en que fuera de mi, te estrujé violentamente, deplorable acción que aún guardo como una braza candente perpetua en mi corazón, perdóname por haber desaprovechado los hermosos momentos inapreciables de tu niñez y no haber compartido contigo tus inquietudes y desencantos...¡Oh Dios! si yo estoy equivocado respecto a tu existencia este es el momento de manifestarte”. Lo dije sinceramente ahogándome en un incontenible torrente de lágrimas.

Al día siguiente Eva me relevó de la cabecera de Quiqui, con patente evidencia de sufrimiento y cansancio en su rostro a pesar de los tranquilizantes, mientras, yo trataría de descansar un poco. Antes de irme a casa, recibimos la visita de amigos y compañeros de trabajo entre ellos el Dr. Epstein y su esposa, el Director General Médico y otros, todos con los mejores deseos por un resultado favorable.

Por la tarde del día veinte nuevamente al pie del lecho de mi hijo, observaba anhelante alguna mínima señal que indicara una reacción positiva que me hiciera albergar alguna esperanza de recuperación, pero...no había nada.

Me encontraba en profunda meditación cuando las alarmas de los monitores empezaron a volverse locas. Al instante el cuarto se llenó de personal especializado, efectuando las maniobras necesarias para salvar la crisis, pero todo fue inútil, el niño había sufrido cambios fisiológicos, inmunológicos y bioquímicos por causa de la destrucción masiva de neuronas y del edema cerebral que el cuerpo no pudo manejar; a las cinco y media nuestro pequeño y único hijo dejó de existir...sólo quedó grabado en mi mente el sonido lastimero y continuo del aparato al dejar de latir su corazón, que a mi se me antojó como un sentido lamento electrónico.

Le abracé tiernamente y dejé un solo beso en su mejilla como postrer despedida y después quedé sumido en una especie de sopor, desubicado momentáneamente de la realidad pues mi mente se negaba a aceptar el hecho consumado; lloré y paradójicamente grité en silencio mi desventura, mi dolor y desolación.

¿Cómo decirle a Evangelina que el fruto mimado de su propio cuerpo, había pasado a ser materia inerte? ¿Cómo enfrentarme a su dolor, a su angustia, desesperación y llanto desgarrador?

Sin embargo tuve que hacerlo aparentando una fortaleza que estaba muy lejos de sentir, le dije con un nudo en la garganta:

- Eva....¡Quiqui ya no podrá ir a casa nunca más! -

Al desaparecer los cimientos que sustentaban su esperanza, mi esposa se derrumbó.

Todavía siguieron horas de angustia y tristeza al ver a nuestro  infortunado hijo expuesto en un frío féretro metálico donde yacía inmóvil, aquel que otrora estuvo lleno de vitalidad y repleto de proyectos para el futuro; él quería ser científico, cantante y músico, astronauta, cibernético, financiero, etc.

Como sucede a menudo el último en saber las cosas es el directamente afectado. Todos conocían que Quiqui era muy diestro en el manejo de esas peligrosas máquinas, menos sus propios padres, bien se cuidó de que no lo supiéramos pues no ignoraba la reacción que eso provocaría en nosotros.

Producto de mi dolor concibo y proyecto este concejo:

“No vale la pena acumular fortuna y prestigio en la vida, si después hay que pagar un precio muy elevado para cubrir la pérdida de un ser querido. Es más sabio regalar generosamente nuestro tiempo para cultivar el amor y el cuidado del ente amado, que lamentarse para siempre por la privación de lo que pudo haber sido tan sencillo conservar.”

Después de muchísimas condolencias tanto de nuestros conocidos  como de los amigos de nuestro hijo, por fin lo llevamos a su último destino, a cumplir con el ciclo evolutivo de la naturaleza, al cementerio donde también estaban sepultados mi padre y los padres de Evangelina. Adiós al niño de la camiseta roja, adiós a Quiqui el travieso.

 

Qué sola y sombría se encuentra mi casa -pensé- cuánta tristeza y que silencio tan imponente reina por doquier, solo se oyen mis tímidas pisadas y los sollozos de mi esposa que me parten el alma.

Ya han pasado algunos meses y todavía no hace efecto el letárgico bálsamo de la resignación, algunos días no tiene ánimo suficiente ni siquiera para levantarse de la cama, yo prefiero que la acompañe algún familiar pero no siempre es posible, procuro estar más tiempo con ella distraerla o llevarla conmigo cuando salgo de la ciudad a exponer conferencias, pero su falta de interés es manifiesto, no come, toda la comida le sabe mal, ha perdido peso y no duerme a pesar de los sedantes; antes era una mujer muy vivaz y activa, participativa en asuntos sociales del barrio y una encantadora anfitriona, ahora se le ve lenta y su rostro tiene un aspecto triste.

Estoy preocupado, ahora mi esposa a falta de todo interés sexual, presenta síntomas de náuseas, dolores en varias partes y calambres; a perdido su autoestima y se ha mostrado agresiva conmigo al grado de que en una ocasión me dijo:

-¡Tu eres el causante de la muerte mi hijo!-

Luego languideció y continuó:

- Pensándolo bien, no merece la pena vivir, sería mejor acabar de una buena vez- lo expresó tomando entre sus manos el frasco lleno de tranquilizantes.

Aunque comprendía su gran pena, no dejó de dolerme y alarmarme su actitud; esto estaba afectando seriamente el entorno familiar, era necesaria la ayuda psiquiátrica.

Al día siguiente me entrevisté con la Dra. Gloria Rondstall, Médico Psiquiatra, Jefa del Laboratorio de Neurofarmacología del Centro de Investigaciones de la Universidad de Arizona. Ella era mexicana casada con un genetista amigo y compañero nuestro el Dr. Alfred Rondstall, pareja con la que convivíamos regularmente.

- Hola Enrique, me imagino qué es lo que te trae por aquí-

- Hola Gloria -le saludé estrechando su mano- Efectivamente, la situación se está poniendo muy crítica con Evangelina, está muy deprimida y creo que necesita tu ayuda como amiga y como psiquiatra.

- ¡Claro que si! -afirmó la Dra.- por favor cuéntame.

Le informé de toda la sintomatología y de mis temores.

- En efecto -me dijo- parece ser un caso severo de depresión, pasaré a verla por la tarde, es mejor que no estés presente. Mañana te informaré de mi diagnóstico.

Por la noche que llegué a casa y estaba viendo el noticiario de las nueve, se acercó Eva con la cara demacrada y me dijo:

- Vino Gloria a visitarme -

- Qué bueno, y ¿qué platica? - le contesté secundando el diálogo.

- No mucho, que están bien, el trabajo, la rutina; quieren cambiarse a una casa más grande y cosas por el estilo- respondió recostándose en el sofá.

- Supe que últimamente han tenido mucho trabajo, parece que quieren abrir una clínica particular- dije yo para continuar con la plática.

- “¿Sabes?...creo que le voy a tomar la palabra a Gloria, me aconsejó que me internara unos días a manera de descanso en una granja de recuperación, para olvidarme un poco de la rutina y de la casa que me trae tantos recuerdos...¿tu qué opinas?”

- Yo opino que es una buena idea, podría hacerte mucho bien; por mi no te preocupes, yo como quiera me las puedo arreglar-

- Bien, le diré a Gloria que acepto- concluyó Eva emitiendo un suspiro.

A la mañana siguiente encontré a la Dra. en el laboratorio de psico-farmacología, me condujo hasta su oficina.

- ¿Cuál es tu diagnóstico?- le disparé a quemarropa.

“Pues verás- me contestó- a juzgar por la plática y el interrogatorio que tuve con Evangelina, he llegado al diagnóstico de Depresión Reactiva o Neurótica Severa, porque se han resquebrajado en ella los impulsos instintivos básicos como son, entre otros, su propio espíritu de conservación; esto también tiene un efecto bloqueador de las funciones biológicas de primer orden que se traducen en síntomas somáticos como las cefaleas, las náuseas, dolores y calambres, que a la vez originan la anorexia y consecuentemente pérdida de peso, disminución del apetito y la actividad sexual y el insomnio.”

Hizo una pequeña pausa y se disponía a continuar cuando fue interrumpida por su secretaria que le comunicaba que tenía una llamada de la Sra. Bernier; cruzó una mirada conmigo y ordenó a su asistente que la comunicara, abrió la bocina y dijo:

- Qué tal Eva -

- Hola Gloria, te hablo para decirte que he decidido internarme, anoche hablé con Enrique y está de acuerdo-

- Magnífico, déjame a mi todo. Yo me comunicaré contigo muy pronto.

- Gracias Gloria, dijo Eva con voz apagada-

- No hay de qué -  y colgó.

- Vamos por buen camino me dijo la Dra.-

- Sí, te lo iba a comentar más adelante- le abundé.

“Bueno como te decía, en la depresión, uno de los factores de más peligro en estos pacientes, que origina actitudes suicidas, es la interferencia en el sueño. Esto tiene características específicas en los cuadros unipolares y bipolares y puede ser debida a alteraciones del sistema monoaminergicocolinérgico, o a la calidad del sueño que se acumula en la vigilia.” Se adornó la malvada Psiquiatra presuponiendo que yo podía entender esa intrincada palabrería que se usa en la jerga psiquiátrica; desde luego que no entendí nada en ese momento, pero me quedé callado.

Y luego como inspirada continuó:

“Voy a tratarla con los medicamentos comunes, con antidepresivos, hipnógenos o neurolépticos; la base bioquímica y neurofisiológica es la misma tanto para la depresión reactiva, como para la depresión endógena y orgánica; el tratamiento farmacológico funciona en todos los casos. Lo malo es que los antidepresivos no surten efectos antes de tres semanas, así que estoy pensando utilizar un nuevo fármaco que acorta el tiempo de acción...”

- ¿A qué se debe eso?- se me ocurrió preguntar y mejor no lo hubiera hecho.

“Se debe a que es necesario que el fármaco actúe durante algún tiempo para que las neuronas modifiquen la actividad de los receptores de la membrana, y en ocasiones el paciente no puede esperar.

Como tu sabes, la neuro-farmacología actual se basa en acciones de los tratamientos sobre los receptores de la membrana de la neurona; todos los tratamientos antidepresivos involucran la participación de los receptores 5-HT1A, los cuales se ubican en los núcleos septales y en los núcleos del rafe y....”

- ¡Ya párale...párale!- le interrumpí en español y en inglés. Me estás hablando en chino, recuerda que tan sólo soy un humilde Doctor en Genética Molecular.

La Psiquiatra rió de buena gana.

- Perdóname me dejé llevar inconscientemente- me dijo todavía sonriente.

- Lo que sí tenemos que buscar para Eva es una motivación, una esperanza, un estímulo fuerte que la haga reaccionar. No tiene el menor interés en una adopción ni mucho menos en una inseminación de donante o implantación de embriones ajenos; de no ser así me temo que terminará en suicidio.

Salí de la oficina como si me hubiera atropellado un autobús, cabizbajo, arrastrando los pies y preocupado, muy preocupado. ¿Qué podía hacer?

Los días siguientes anduve como obnibulado, pensando en alguna solución; Eva apenas si denotaba alguna mejoría.

 

Una noche mientras luchaba por conciliar el sueño, recordaba las palabras de la psiquiatra ...una motivación, una esperanza un estímulo fuerte que la haga reaccionar...De repente se me vino a la mente una idea que me hizo brincar de la cama, aunque difícil pero no imposible...sí, podía ser....todo depende de que aún esté allí, ojalá que aún esté allí....mañana hablaré a temprana hora.

A las ocho de la mañana tomé el teléfono, empecé a marcar, todavía me acordaba del número y la extensión de la oficina del laboratorio de citogenética en Ciudad Obregón.

- Bueno- contestaron.

- ¿Irma?- pregunté.

- Sí, ¿quién habla?-

 - Habla Enrique, Enrique Bernier-

- ¡Hola! ¿A que se debe el milagro?-

- Ya ves, como dice el dicho: “el indio va al nopal nomás cuando tiene tunas”- le contesté festivamente.

- ¿Cómo has estado? Me enteré de la tragedia de tu hijo por medio de la prensa, les envié un telegrama de condolencia, ¿lo recibiste?-

- Sí, claro que sí, te lo agradecemos mucho-

Platicamos por espacio de unos veinte minutos y nos pusimos al tanto de nuestras vidas con mucho cariño recordando nuestra vieja amistad, al cabo de los cuales fui al meollo del asunto:

- Irma, el motivo principal de mi llamada es saber si aún conservan la tira de piel de Quiqui en el congelador de nitrógeno-

- ¡Santo Cielo!...no te atreverás a... -contestó mi colega alarmada-

- Creo que sí, ya oíste que tengo razones poderosas para intentarlo-

- ¡Esto es fantástico!... -dijo Irma- supongo que la tira aún está en su sitio, yo no he desechado nada y soy la única que maneja las cepas y el material de citogenética, el patólogo maneja su propio material.

- Bien ¿Serías tan amable en confirmármelo?- le dije entusiasmado.

- Claro que sí, háblame en una media hora y te lo diré-

- Está bien, gracias- y colgué.

Esos treinta minutos se me hicieron eternos y no me despegué ni un momento del teléfono de mi escritorio. Pasado ese tiempo, marqué ávidamente los números correspondientes y:

- Bueno- contestó Irma.

- Soy yo de nuevo, ¿Qué noticias me tienes?- le pregunté nervioso.

- ¡Sí! aquí está...sentí un escalofrío cuando la tuve en mis manos-

- ¡Estupendo! -casi grité- te mandaré de inmediato el equipo necesario para que me hagas el favor de enviarme el tejido por vía aérea a la mayor brevedad.

- Seguro que sí, y te deseo mucha suerte, sé que Dios hará nuevamente el milagro de la vida a través de tus manos- dijo mi amiga en tono solemne.

- Irma...recuerda que no creo en milagros-

- No importa de todos modos te ayudará- recalcó la incorregible fanática.

- ¡Ah! otra cosa, -le dije- no comentarios, esto es un “top secret.”

- No tengas cuidado- contestó. Sólo prométeme que me mantendrás informada....estoy tan asustada.

- No sólo te mantendré informada, sino que estarás presente en el momento oportuno si todo marcha bien, y gracias por todo- le expresé para despedirme.

De mi oficina, un tanto emocionado, me dirigí a los laboratorios de Reproducción Asistida y Terapia Génica; tenía que hablar con mis amigos Renato Deschamps y Raúl Cháides. Nos introducimos en la sala de juntas, los dos investigadores se miraban intrigados; por fin les comuniqué:

Tengo un problema y una decisión tomada-

Y los puse al tanto del estado crítico de mi esposa.

“...por lo tanto me he propuesto hacer la clonación de mi hijo, si es que Eva reacciona favorablemente al estímulo y tengo la certeza de que así será, y es por eso que necesito la ayuda de ustedes como amigos y como científicos para lograr mi propósito y para forjar el proceso más importante de la historia.”

¡Fiuu!..silbó admirativamente el Dr. Deschamps y luego preguntó: 

- ¿Has pensado en las implicaciones que esto acarreará? ¿De dónde sacarás las células diploides vivas de tu hijo?-

“He sopesado todas las implicaciones legales, éticas y morales y asumo la completa responsabilidad, aún a costa de mi carrera; ustedes no quedarían comprometidos de ninguna manera, porque supuestamente ignorarían que los pre embriones implantados no procedían de óvulos fertilizados de alguna pareja donante, sino de pre embriones clonados de mi hijo.

La paciente se manejaría como un caso más de reproducción asistida, tu Renato te encargarías del control hormonal, de la recolección de óvulos fértiles, de la implantación de pre embriones y del control prenatal; mientras que Raúl se encargaría del examen génico de las células madre y de las células en líquido amniótico para interrumpir el proceso en caso de una eventual malformación.

Por mi parte yo me encargaré en el más completo secreto -aún en el caso de que decidan no ayudarme- del cultivo de las células de la piel de Quiqui, de la transferencia nuclear y del cultivo de blastocitos para el examen génico; el tejido lo recibiré en el transcurso de la semana.”

- Pero aún hay cosas que ignoramos en el desarrollo de la clonación, podrían presentarse problemas inesperados y también a largo plazo. ¿Qué técnica emplearás para clonar?- comentó y preguntó al mismo tiempo el Dr. Cháidez.

“Mira Raúl -le contesté- mientras mantengamos una actitud pasiva, temerosa a afrontar los riesgos, jamás podremos llegar a la verdad de las cosas, la obligación de un verdadero científico es usar su buen criterio perfectamente razonado y rebasar falsas expectativa religiosas, morales o éticas y hasta anti científicas, yo estoy dispuesto a hacerlo aunque fracase y luego volverlo a intentar. Emplearé para clonar la técnica mejorada, que utilizó con éxito en el año 2001 el Dr. Robert P. Lanza y su equipo del centro Advanced Cell Technology en Massachusetts, aunque como ustedes saben, ellos únicamente llegaron hasta un pre embrión de seis células madre y no procedieron a la implantación uterina; yo utilizaré óvulos crío-conservados con soluciones azucaradas crío-protectoras y modificaré la concentración de CO2 en la estufa incubadora de cultivos.”

Después de unos breves momentos les dije:

“Piénsenlo, no me contesten ahora. No habrá lauros ni gloria ni comunicaciones de nuestro trabajo en  revistas científicas si es que tenemos éxito, todo quedará en secreto sólo tendremos la satisfacción de haber logrado un avance científico sin precedentes. Si deciden no hacerlo, yo lo comprenderé, no habrá resabios y quedaremos tan amigos como siempre”

 

Por la tarde como todos los días fui a visitar a mi esposa a la granja de recuperación, la encontré sentada bajo la sombra de un frondoso árbol en una pequeña colina desde donde se dominaba un bonito paisaje formado por un jardín cultivado contrastando con las plantas cactáceas propias de la región.

- ¿Cómo te sientes?- le pregunté.

- Bien dentro de lo que cabe- mintió.

La psiquiatra me había informado que seguía con sus accesos de llanto incontrolado y con dificultades para dormir aunque un poco más espaciados.

- ¡Eva, escúchame bien!- le dije clavando adustamente mi mirada en sus tristes ojos. ¡Creo que podemos recuperar a Quiqui!

- ¿Qué dices? ¿Te has vuelto loco?- expresó molesta.

- No..no estoy loco, existe la posibilidad aunque difícil, de tener al niño de nuevo-

- ¿Estás hablando en serio? ¿Cómo sería eso?- preguntó incrédula pero a la vez interesada.

- Mediante el proceso de clonación. ¿Recuerdas la tira de piel del niño que me enviaron de México a Ciudad Obregón?-

- Sí- asintió Eva.

- Estoy por recibirla aquí esta semana y allí está la clave para recobrar a Quiqui-

Se hizo una pequeña pausa, y ya observé avidez en el rostro de Evangelina.

- Pero si todavía no se ha efectuado ninguna clonación humana- comentó.

- Eso ya lo sé, pero ahora tenemos más recursos y conocimientos científicos y estamos en condiciones de intentarlo con posibilidad de éxito, puede ser nuestra segunda oportunidad...¿Qué te parece?-

- Me parece que si eso fuera posible sería una cosa maravillosa-

- ¿Entonces te atreves a que lo intentemos?- pregunté eufórico.

- Con tal de volver a tener a mi hijo entre mis brazos soy capaz de eso y mucho más- contestó Eva con sumo interés y con un entusiasmo que hacía mucho tiempo había perdido-

- Magnífico -dije- Ahora a recuperarte para que estés fuerte y en buenas condiciones de salud para responder con decisión a esa oportunidad que nos brinda la Ciencia.

Contentos y abrazados nos dirigimos a la estancia de la granja, por el camino le dije:

“Pronto saldrás de aquí, cuídate de no decir de esto, ni una palabra absolutamente a nadie; se pondría en peligro mi trabajo, mi carrera y caería sobre nosotros una tempestad de críticas mordaces de la más hipócrita y furiosa clase política, religiosa y seudo científica, las mismas que siempre se han opuesto a los logros de la ciencia y además súmale el sensacionalismo y el amarillismo de los medios de comunicación; perderíamos para siempre nuestra tranquilidad y privacidad.”

Eva empezó a recuperarse notablemente, a ganar peso y a suspender poco a poco los medicamentos; ahora tenía una motivación una esperanza que la hacía luchar para lograr la optimización de su salud. Cuando la Dra. la dio de alta y fui a recogerla para llevarla a casa, Gloria me preguntó con una insistente curiosidad:

- Dime ¿qué fue lo que hiciste para acelerar su recuperación?-

Y yo le conteste en tono de broma:

- Tu serás muy Psiquiatra, pero yo soy Psicomágico- y reímos los tres.

Los Dres. Deschamps y Cháides, no pudieron resistir el prurito de formar parte del proyecto científico más controvertido de la historia, porque eran investigadores liberales de primera línea; ellos se presentaron en la oficina de mi laboratorio y sonrientes, los tres sellamos el pacto con un apretón de manos y planeamos la recolección de óvulos para el mes de octubre, aniversario de Quiqui. Ni siquiera se lo comunicamos al Dr. Epstein, no quise involucrarlo por su alta jerarquía para que no recayera en él toda la responsabilidad si esto llegara a saberse.

Tres días antes de la fecha convenida inicié lo que parecía ser un solemne ritual de descongelación y cultivo de una porción del tejido de mi desaparecido hijo, estaba muy nervioso y temeroso de que algo no funcionara bien, esta operación la había realizado miles de veces pero ahora era una ocasión especial.

Bien...caja de petri sobre la platina del microscopio, porción de tejido en medio de los electrodos...ahí va el estímulo eléctrico de milivoltios.....¡Eureka! están vivas.

Sentí un nudo en la garganta, esas células de mi hijo fallecido, contenían en su núcleo la mitad de mis genes y la mitad de los genes de su madre.

El siguiente paso fue cultivar esas celdillas, quería un cultivo lo más reciente posible para evitar la posibilidad de un desgaste de telómeros en los cromosomas por si las dudas.

Cuando llevé a Eva para la captura de ovocitos, iba radiante, más hermosa que nunca, madura, serena y llena de entusiasmo.

Logramos recolectar 24 óvulos maduros 20 de los cuales sometí cuidadosamente a crío-conservación, para mi eran un tesoro inapreciable; los otros cuatro los procesamos para transferencia nuclear con el objeto obtener las células madre y disponerlas para el análisis génico. Al respecto le comenté al Dr. Cháides:

“Necesito de toda tu genialidad para este examen cromosómico, haciendo hincapié en los genes implicados en enfermedades malignas, recuerda que yo padecí un teratocarcinoma de testículo.”

- No tengas pendiente -me respondió- además los teratomas son afortunadamente de muy baja incidencia, sólo un 0.04%, y también podrían ser de etiología viral, micótica y hasta parasitaria.

“ Sí, ya lo sé, pero casualmente yo estuve dentro de ese porcentaje; no está por demás echar un vistazo a la batería de oncogenes y supresores hasta ahora conocidos y reforzarlos en caso necesario.”

- Así se hará Gran Jefe -me dijo haciendo el saludo indio-

 

En el mes de noviembre, en ciclo fértil de Evangelina, hicimos el primer intento un tanto emocionados y nerviosos. El Dr. Deschamps depositó en el útero de Eva tres de nuestros valiosos pre-embriones preparados cuidadosamente por mi, que fueron el producto de la transferencia de un núcleo de célula de la piel de Quiqui y un óvulo enucleado de mi esposa, para su anidación y desarrollo.

Los días que faltaban para realizar la prueba de embarazo, se nos hicieron eternos aunque no esperábamos tan pronto un resultado positivo, y en efecto no hubo gestación en ese período.

Un poco tristes pero no decepcionados, nos dispusimos a efectuar el mismo procedimiento en el segundo ciclo fértil en diciembre, con la salvedad de que en esta ocasión introdujimos en el óvulo enucleado, una célula madre y luego desarrollado hasta la fase de pre-embrión; Renato colocó tres de estas diminutas simientes en la cavidad uterina y nuevamente esperamos el resultado, también fue negativo.

Más que preocuparnos, nos empezamos a inquietar, revisamos todo minuciosamente no parecía haber ninguna falla, entonces a mi se me ocurrió comparar el pH, es decir la acidez del fluido intrauterino de mi esposa con el pH de los cultivos, había una pequeña diferencia que podría ser muy significativa; igualé la acidez en los medios y acordamos suprimir apoyo hormonal en el siguiente ciclo fértil de enero del 2007.

Para este tercer intento, ya Eva se notaba un poco desesperada aunque no desilusionada y procedimos esta vez, a transferir cuatro pre-embriones clonados, dos de cada clase y cruzamos los dedos deseando un resultado mejor.

Un día temprano en la mañana que me encontraba preparándome para ir a mi trabajo, escuché de Eva un estridente grito que hizo estremecerme. Corrí apresuradamente al cuarto de baño y encontré a Evangelina quien dando repetidos brincos y sin poder articular una palabra, me señalaba insistentemente una pequeña placa depositada sobre el lavabo.

- ¿Qué te pasa mujer? ¿Qué tienes?- le pregunté sobresaltado.

Y ella por toda contestación me señalaba la plaquita.

De repente comprendí de que se trataba, tomé el objeto entre mis manos y lo acerqué a mis ojos para observar mejor y dije:

- !No es cierto...no lo creo!..a ver dame una placa nueva-

De manera desordenada rompí el envoltorio y una...dos...tres...cuatro...cinco gotas de orina y....¡CARAMBA! la prueba de embarazo es positiva.

Tomé a mi esposa por la cintura la levanté y le di tres vueltas, cuando la deposité de nuevo en el suelo, los dos teníamos lágrimas en los ojos.

Tomé el recipiente con orina, dos placas de prueba, los guardé en mi portafolios y me dirigí en mi automóvil rumbo a mi Laboratorio de Investigación.

Por el camino, rebosante de felicidad pensé: no debo pecar por exceso de optimismo, esto apenas empieza y existen mil cosas adversas que podrían dar al traste con todo el proyecto.

Una vez en mi oficina, de inmediato le ordené a mi secretaria que me citara a los Dres. Deschamps y Cháides. Más rápido de lo esperado se presentaron pensando en alguna mala noticia; cerré la puerta y los invité a sentarse poniendo una cara de seriedad que apenas podía disimular, enseguida coloqué una hoja blanca sobre mi escritorio y encima de ésta la placa conteniendo reactivos químicos para la detección de gonadotrofinas coriónicas y una...dos...tres...cuatro...cinco gotas de orina...el líquido absorbiéndose por la superficie reactiva y...¡BRAVO! ¡HURRA! gritaron al unísono los investigadores precipitándose a abrazarme, llenando de extrañeza y curiosidad al personal que en ese momento se encontraba trabajando y observando a través de los cristales.

Salí de la oficina y regresé con una botella de champaña que tenía guardada ex profeso para esta ocasión especial y dije:

“Aunque es muy temprano para ingerir estos brebajes, quiero que brindemos por el éxito...no, mejor dicho, quiero que brindemos por la culminación exitosa de nuestro proyecto que hoy nos ha dado una gran satisfacción, ¡Salud!” ¡Salud! corearon mis amigos.

Los dos investigadores estaban llenos de regocijo, y cómo no iban a estarlo si había un gran motivo para ello, estábamos realizando un gran avance en la Ciencia Genética, una esperanza de vida para otras parejas, era un momento histórico aunque el resto del mundo tal vez supiera de nuestro logro científico mucho tiempo después; yo tenía un doble motivo de júbilo, aparte de lo ya expresado, estaba más cerca de recuperar a mi hijo.

Ya habían pasado trece semanas de gestación, cuando recibí una llamada de mi esposa que con tono alarmado me dijo:

- ¡Algo me está pasando, tengo un ligero sangrado!-

- ¿QUE?..¡no te muevas de allí, acuéstate y mantente tranquila, en unos momentos estamos contigo!-

Colgué la bocina un tanto nervioso y me dirigí presuroso al departamento del Dr. Deschamps. En cuanto me vio, se dirigió hacia mi y entonces le comuniqué:

- Parece que hay una amenaza de aborto, hay un ligero sangrado-

- ¡Caramba! -dijo preocupado- vete con ella, yo enviaré una ambulancia y los estaré esperando en el hospital-

Normalmente en casos así, el médico recomienda a la paciente reposo absoluto en su cama, le aplica el medicamento adecuado y queda a la espera del resultado favorable; pero este era un caso muy especial, no se trataba de un embarazo común y corriente y por lo tanto no podíamos correr ningún riesgo por más leve que este fuera. Estaba en juego la vida de nuestro hijo y un acontecimiento científico de gran magnitud.

Renato se hizo cargo de la evaluación clínica de la paciente y ordenó los análisis, estudios y las prescripciones necesarias, al cabo de las cuales nos informó:

- No parece ser nada de cuidado, pero te quedarás aquí en reposo unos cuantos días para asegurarnos de que todo marcha bien- dijo dirigiéndose a Evangelina.

Pasado el susto, esa noche acompañé a Eva simplemente como apoyo moral, ya que estaba al cuidado de personal especializado. Fue para mi una larga noche, no pude conciliar el sueño ya fuera por la tensión acumulada, por la incomodidad de mi sillón reclinable, por las visitas de la enfermera de turno o por cualquier movimiento de mi esposa que me sobresaltaba, aunque ella dormía plácidamente.

Por la mañana temprano fui a mi casa a asearme, para luego reintegrarme a mi trabajo donde llevaba a cabo varias líneas de investigación.

Por el camino recibí una llamada de Nogales, era el Ginecólogo Lira que me informaba de una inseminación in vitro para las cinco de la tarde, le contesté que allí estaría puntualmente.

Después de constatar que mi esposa se encontraba bien, tomé carretera calculando el tiempo suficiente para estar a la hora, me sentía realmente cansado y como si me hubieran apaleado con doscientos garrotes.

Antes de cruzar la frontera, era y es fortuito todavía, pasar por la zona donde se encuentra el cementerio donde fue inhumado mi hijo Quiqui, así que decidí visitar su tumba y meditar un momento a su lado. Estacioné mi automóvil bajo una buena fronda y me senté en un escalón de mármol a entablar con él una plática sin réplica.

Pasado un corto tiempo, me acomodé en mi auto y poco antes de dar vuelta a la llave del encendido, recargué mi cabeza sobre el asiento y cerré un momento mis ojos como para repasar en rápida sucesión los dolorosos acontecimientos que culminaron con el deceso de mi único descendiente y entonces.............

- Hola Enrique- me saludó una atractiva mujer de lentes oscuros.

- Hola- dije automáticamente.

- ¿No te acuerdas de mi?- insistió despojándose de sus lentes.

- ¿Angélica?- pregunté.

- La misma de siempre- contestó con amplia sonrisa.

Angélica Méndez, fue condiscípula mía en la preparatoria y después fuimos compañeros en la Universidad de México, ella se recibió en la Facultad de Filosofía y Letras y después hizo maestrías en las facultades de Antropología y Ciencias Políticas. En sus años de estudiante fue una furibunda activista y después una luchadora social con profunda inclinación religiosa, motivo por el cual entablábamos acaloradas polémicas donde nunca llegábamos a un acuerdo, y ahora después de tantos años la encontraba en el sitio más inesperado.

 - ¿Qué andas haciendo por estos rumbos?- le pregunté con verdadera curiosidad y tomando su mano.

- De visita por mi pueblo y visitando a mis fieles difuntos- respondió.

- ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Qué has hecho? Te ves muy guapa- volví a cuestionar.

“Mi vida como tu y todos lo saben, es un continuo trajinar, trabajando día a día sin descanso en pos de las causas nobles de Dios y cumpliendo con mi destino; en cuanto a mi apariencia es cuestión de gustos, para algunos como tu me veo bella, para otros soy tremendamente aborrecible y para otros hasta invisible.” respondió con una franca risa.

“Y tu, -me increpó Angélica ahora con un dejo de tristeza- ¿Aún andas extraviado en el contradictorio laberinto del dolor por la pérdida de tu hijo amado? ¿No sientes el abrumador remordimiento de tus decisiones polémicas?”

“Así es -le contesté- aún es muy pronto para restañar mi sangrante herida y llenar el vacío que dejara su ausencia con una buena dosis de paz en mi corazón; referente a mi remordimiento, aún siento su dolorosa punzada porque pienso que pude haberle dado mucho más de mi.”

“No me refiero a esa clase de remordimiento -señaló la Licenciada- es a la forma en que te has rebelado ante la autoridad máxima al querer igualar al Ser Supremo en su poder; a la forma en que has puesto en tela de juicio los mandatos divinos y te has atrevido a desafiar abiertamente al justo Creador de todo lo que habita en la tierra.”

- ¿De qué diablos estás hablando Angélica?- le dije un poco contrariado.

- De la clonación que tienes en curso, no trates de negarlo ni me preguntes cómo me enteré, yo sé más cosas de las que tu te imaginas, esta visita no es tan casual como podrías suponer-

Sentí un estremecimiento seguido de una contracción de mis mandíbulas al pensar iracundo en la indiscreción de alguno de los miembros involucrados en nuestro proyecto de clonación. Sin dar tiempo a reponerme de mi sorpresa, ella continuó:

“¿Quieres saber una cosa Enrique? Crees ingenuamente que encontraste la fórmula exacta para llegar nuevamente a tu hijo, pero antes al contrario sufrirás la más amarga decepción pues te habrás alejado más de él...sí, él ya forma parte de aquellos que han sido salvados y reivindicada está su conciencia ante el Creador, él ya goza de la serenidad y la calma, forma parte de la eternidad de aquellos que han pagado con vida por su vida; es la voluntad de Dios.

Por tu necedad y obcecada obsesión por recuperar a tu hijo, no has comprendido que él fue creado por obra del Señor que todo lo puede, que fue durante su estancia en el mundo terreno, sangre y carne producto del amor y la comprensión de dos seres que se amaron y que encontraron el complemento exacto y equilibrado, que de él recibieron amor y respeto y gozaron de su cariño y compañía, le enseñaron a amar la naturaleza y a respetar los preceptos morales y sentaron bases firmes con conceptos elevados respecto a la vida, le enseñaron a disfrutar de las cosas más insignificantes y se preocuparon por hacer de él un hombre con criterio y con principios sólidos y firmes.

Pero esa etapa entre los hombres se cumplió y un día partió al viaje sin retorno, confiado en la justicia y perfección divinas, acudió al llamado para contemplar la luz del rostro del creador de todas las cosas; su memoria y su cariño se quedaron con ustedes los humanos, los que aún tienen vida y pueden gozar de ser materia  entre la materia....ese hijo que tanto has amado y que tanto añoras en tu soledad siempre estará a tu lado compartiendo triunfos y fracasos, alegrías y tristezas, soñando a la par de tus sueños viviendo en cada una de tus acciones, y mientras lo recuerdes y le ames -como sé que lo haces- nunca ha de morir, seguirá entre ustedes y será parte activa de cada una de las actividades que realicen; pero sigues sin darte cuenta de que siempre has amado la materia y no el alma que él ha sido, que has recordado su aspecto físico y te has olvidado de su interior, ese interior que nunca se ha alejado de ti, que ha estado a tu lado en todo momento.

No busques más lo que no se te ha perdido, ámalo y recuérdalo tal como una vez fue, él vivirá en ti siempre que lo recuerdes y estará a tu lado cuando más solo te encuentres.”  

“¡Vamos Angélica! -exclamé anonadado- veo con asombro que aún sigues irremediablemente inmersa en el falso misticismo fanático, sigues creyendo que sólo los católicos tienen derecho a expresar su manera de concebir la existencia de Dios a sabiendas de que todos los religiosos y no religiosos lo tienen. Tu conoces de sobra el concepto que tengo de Dios como una infinita fuente de energía que conjuntamente con otras fuerzas del universo dieron origen a la vida, pero de eso a que se ande inmiscuyendo en los problemas de los seres vivos como los dioses del Olimpo, es pura mitología; el concepto de Dios para ustedes -como lo imaginan- sí existe, pero fue el hombre el que lo creó a través de su mismísima mente para su conveniencia y explotación moral y económica.

En el propio libro sagrado -que es la palabra de Dios- está escrito en los versículos Ecli 15,14; II cor 3,17; Ga2,4; 5,1,13; Sant 1,25; 2,12; I P2,16  lo siguiente:

Yahvéh hizo al hombre en sus orígenes y lo dejó a su propio albedrío; Cristo nos liberó para que vivamos en plena libertad.

Ahora bien: Si Dios es infinitamente bueno, bondadoso y justo, que nos hizo a su imagen y semejanza, nos dio inteligencia, libre albedrío y libertad de acción y de pensamiento, entonces, ¿De que se puede acusar al hombre por ejercer el derecho que El mismo le confirió? El hombre es libre para escoger su propio camino ¿Por qué no puedo yo usar mi inteligencia, mi acción y mi pensamiento razonado para recuperar a mi hijo por medio de la clonación?

Si por el contrario se convierte al hombre -por una serie de disposiciones absurdas- en un robot teledirigido contradiciendo todos los versículos anteriores, entonces Dios está equivocado o nos está mintiendo, porque una libertad condicionada, entonces ya no es libertad; pasamos a ser títeres de Yahvéh.

Se nos impone una condición: Que se crea en él, o dicho de otra manera, serás libre y te salvarás siempre y cuando creas en Dios, de lo contrario los castigos serán desgracias, penalidades, maldiciones y muerte según el Antiguo Testamento e infierno eterno en el Nuevo Testamento que ya parece estar más actualizado...pero si no me obedecéis ni ponéis en práctica todos mis mandamientos haré venir sobre vosotros espanto, agotamiento y fiebre...

¿Dónde puede estar el libre albedrío, la libertad de quien está obligado a obedecer bajo severos castigos? ¡Dímelo Angélica por Dios!

Por otra parte, -y aquí me estoy metiendo peligrosamente en tus terrenos filosóficos- como Dios no puede equivocarse ni puede ser tildado de mentiroso, es perfecto por definición, porque si Dios no es perfecto, luego no es Dios, por lo tanto no existe y no hay razón para creer en él o adorarle; si no es así entonces la Biblia no es palabra de Dios, porque está llena de imperfecciones -de eso puedo darte múltiples ejemplos- y como Dios es perfecto, entonces los que escribieron el Libro Sagrado, son unos ineptos y mentirosos mortales imperfectos.” Sí, el saber que la perfección existe intimida a medio mundo que somos unos insignificantes seres imperfectos repletos de errores.

“Dios no es hombre para juzgarle -replicó contrariada la Licenciada en Filosofía y Letras- ustedes no deben quitar la vida y tampoco pueden devolverla, el único que puede hacer eso es el Supremo Creador, El da la vida y puede quitarla, y también la devolverá por medio de la resurrección. El es Dios todo poderoso y yo soy uno de sus instrumentos.”

“Sí, ya conozco ese argumento -le contesté a mi amiga Angélica- es muy cruel con sus lacayos, es un Dios comparable a Huitzilopotztli que exigía sacrificios humanos y provocaba temor...si fuera un Dios bueno jamás haría daño a la más insignificante criatura por más imperfecta que esta fuera, ya que la aceptaría amorosamente con sus defectos y virtudes, pero hacerla morir y luego resucitarla para juzgarla a sabiendas que fabricó algo imperfecto, se asemeja más a un juego de un niño caprichoso y egoísta; entonces descubrimos que Dios es egoísta y temible. Si Dios es egoísta entonces no puede ser perfecto porque en la perfección, no hay instinto de supervivencia y por lo tanto no hay egoísmo, luego Dios no existe, al menos como ustedes lo conciben.”

“No quieres entender -replicó molesta Angélica- que nadie escapa a su destino y que somos y estamos por el tiempo en que nos ha sido marcado...El, que todo lo sabe, que todo lo puede, que todo lo ha creado, es el único que determina tiempos, espacios, vidas y todo lo que tenga que ver con lo hecho; tu has buscado afanosamente contravenir sus decisiones y por eso te enfrentarás antes de tiempo a tu destino.

Tu has amado a tu hijo en forma, mas no en tiempo y esencia, te has preocupado por lo material y te has olvidado de que los seres humanos son la más grande y magnífica obra del Creador y que ha puesto en cada uno de ellos algo muy importante y esencial: el alma, esa que no muere con la forma, esa que vive y sigue por los siglos de los siglos a través de su esencia, de su recuerdo...no seguiste la huella ni aceptaste la voluntad divina, estás contraviniendo los designios de Dios al jugar con la inteligencia del hombre en provecho de tus intereses personales, has querido crear una forma, una réplica exacta de lo que amas, pero no pensaste nunca en ese detalle que te hará falta para realizarlo: el alma, esa que no puedes igualar, copiar o más aún, crear; eso sólo es privilegio del Altísimo, es obra magnífica de un Ser Supremo, obra nunca copiada y mucho menos igualada porque ningún ser humano posee el poder de dar vida y dotar de espíritu y sentimientos, te has equivocado amigo, perdiste tontamente el rumbo y tendrás que pagar por ello hombre de poca fe.”

“¡Ay Angélica amiga mía! -le dije expresivamente- no sé si ponerme a reír o a llorar, a falta de argumentos substanciales, recurres como todo buen religioso a la muy socorrida fórmula de la amenaza divina y al dogma de fe; la primera para amedrentar, atemorizar y quebrantar la voluntad del vulnerable creyente, y el segundo como el último recurso que se tiene cuando no se pueden contestar las dudas que invariablemente se presentan por tantas contradicciones que las religiones adolecen. La fe es la mejor cortina que puede darle la razón a lo inexistente, para convencer a aquellos que necesitan la seguridad moral que un ser superior -real o ficticio- proporciona, y así no tener el problema de aceptar sin ver a algo o alguien que no existe con los ojos de la fe; o a aquellos que padecen de ceguera fanática o que no poseen los suficientes conocimientos científicos.

Recurres también a lo subjetivo y a lo abstracto. ¿Qué es el espíritu? ¿Qué es el alma? El universo sólo está hecho de materia y energía; si el alma y el espíritu no son materia y energía entonces ¿Qué demonios son?

Según la enciclopedia, espíritu es un ser inmaterial dotado de razón. ¿Cómo puede tener una cosa inexistente uso de razón? ¿Cómo puede haber un alma racional?

Aquí cabe muy bien el pensamiento de Isaac Asimov cuando dice: Un ser humano parece estar constituido sólo de materia y energía. El espíritu es una mera presunción.

El método científico es el más válido para nuestro conocimiento, se basa en el razonamiento, en la observación y la medición para comprobarlos, debe poderse repetir en cualquier lugar y por cualquier persona. Jamás se ha observado el alma o el espíritu, no se pueden ver, no se pueden medir, no tienen peso, ni moléculas, ni átomos, ni partículas subatómicas, luego no existen.

El alma es el principio de la vida animal o vegetal, en eso estamos de acuerdo, pero luego se la adjudican exclusivamente al hombre, dejando a los otros animales y plantas desprovistos de su esencia, toman las cosas de un modo subjetivo, más a su forma de pensar y sentir que al objeto de las cosas en si mismas ¿Quién dispuso eso?...Lo cierto es que la inteligencia, el pensamiento, la sensación, la esencia del hombre, etc., están almacenados en el genoma humano y éste a su vez está contenido en cada una de los billones de células que conforman el cuerpo humano.

Las interrogantes que antes no tenían explicación y que entonces se contestaban religiosamente, actualmente tienen respuesta puramente científica dando por tierra o anulando la mística ya sea religiosa o supersticiosa.

Y ahora contéstame esta pregunta Angélica:

¿Qué van a hacer todas las religiones del mundo cuando yo o alguien como yo demostremos por medio de la clonación que es posible recuperar y aún mejorar la vida humana por métodos científicos? ¿Qué van a hacer cuando se derrumben las bases que sustentaban tantas falacias?....sí ya sé...no me contestes, ya buscarán la forma de acomodarse a la nueva situación, porque no permitirán nunca que se les arranque de la generosa ubre de la que parásitamente han estado succionando durante milenios.”

Visiblemente furiosa Angélica me contestó:

“Te has olvidado de las leyes divinas insistiendo en las clonaciones científicas que más que descubrimientos son atentados a la perfección suprema, no es posible para los humanos, copiar o igualar vidas y almas.” Y continuó precipitadamente:

“¡Yo soy instrumento de Dios! soy principio y fin, el hoy y el mañana, el todo y la nada, lo finito y lo infinito y para demostrártelo te enseñaré una muestra del poder divino visitando y exterminando en estos momentos a tu esposa que se encuentra en el hospital.” Dijo lo anterior enfáticamente con una voz profunda y cavernosa al momento en que empezaba a  desvanecerse y a descarnarse ante mis ojos mostrando sus cuencas vacías, sus viscosos huesos y exhalando su fétido aliento sobre ni rostro. Ante mi gran estupor y espanto le dije: ¡NO.....ESPERA...DETENTE MALDITA!.....ring ring.......ring ring.....ring ring......¿eh?...¿qué...?

- Bueno- contesté con voz insegura.

- ¿Dr. Bernier?- preguntó una voz de mujer.

- Sí -

- Lo estamos esperando en la clínica-

- ¡Oh sí!....perdón en diez minutos estoy con ustedes-

¡Uff! -musité- secando mi sudorosa frente con la palma de mi mano, debo haberme quedado profundamente dormido, qué pesadilla tan real -dije todavía temblando-

En el trayecto a la clínica pensé: Ya verás maldita parca, dentro de un tiempo no muy lejano, te arrebataremos una gran tajada de tu poder.

Para mi esposa los meses transcurrieron rápidamente y sin más contratiempos, bajo estrictos controles médicos; Eva se veía luminosa y contenta acariciando su abultado vientre donde moraba su pequeño huésped, a la vez que le hablaba con ternura y le murmuraba canciones de cuna, esperaba el renacimiento de su hijo con gran ilusión, lo mismo que yo.

No se si será coincidencia o el destino o qué se yo, porque no es cierto que todo está predeterminado, el caso es que Eva empezó sus contracciones uterinas el día martes 23 de octubre probablemente influenciada por su mente psíquica al coincidir con el aniversario del nacimiento de Quiqui. Fue internada en el hospital bajo cuidados extraordinarios como si se tratara de un embarazo de alto riesgo, los Dres. Deschamps y Cháides estaban listos y nerviosos, junto con el pediatra y todo el equipo humano indispensable para practicar una cesárea si fuera necesario.

A las 8:00 P.M. en parto normal, los doctores recibieron a nuestro hijo en un alumbramiento que ya de por si era una maravilla renovadora de la vida con más razón en este caso que representaba por primera vez el renacimiento de una vida originada sin la intervención de un gameto masculino y con ello el más grande acontecimiento científico del siglo, suceso que abría la puerta de par en par a una tecnología de amplísimos horizontes para una más acelerada evolución de la especie humana.

El fuerte llanto del niño marcó para nosotros el momento solemne, yo con lágrimas en los ojos tomé la mano de mi esposa, ella musitó: “Gracias Dios mío por devolvérmelo”; los doctores acusaban en sus rostros un rictus que expresaba entre asombro y alegría a la vez que denotaban un ligero temblor en sus extremidades y también mostraban algo de desazón por no poder gritarle al mundo el logro del evento más relevante de la historia.

Cuando Eva tomó al niño entre sus brazos, le dijo muy quedito al oído: “Quiqui bienvenido de nuevo con mamá” y depositó un tierno beso en su pequeña frente.

Aquí sería un buen momento para terminar mi relato y yo descansar de mi prolongado esfuerzo, pero me arriesgaría a que me colmaran de epítetos insultantes si no refiero algunas cosas que me imagino quieren conocer.

Cuando salimos de la sala de expulsión, mientras conducían a Evangelina a su cuarto y el pediatra hacía una evaluación completa del recién nacido, nos encontramos a mi colega Irma que portaba una gran botella de champaña adornada con un vistoso moño de color azul; la condujimos hasta una sala de conferencias y allí, tras de aventar en un rincón gorras, cubre bocas y cubre zapatos, dimos rienda suelta a nuestro júbilo, abrazándonos, brindando por el éxito y porque no hubiera nunca alguna contingencia futura. Irma salió presurosa en pos del niño y emocionada dijo:

- Quiero tomar al bebé para algún día poder decir a la posteridad: “Yo tuve en mis manos al primer neo nato clonado de la historia científica del mundo y lo cargué en dos vidas diferentes.”-  

Al niño lo llamamos Manuel Alberto, era obvio que debía tener una nueva identidad, aunque era una réplica exacta de Quiqui con sus mismas huellas digitales y su misma configuración genética.

A mis amigos investigadores y a mi nos interesaba mucho conocer la influencia o el papel que iba a jugar el 1% del ADN mitocondrial aportado por el óvulo de mi esposa, (por si no recuerdan, las mitocondrias se encuentran en el protoplasma de la célula y contienen ácido desoxirribonucleico, lo mismo que en el núcleo celular) pero para eso teníamos tiempo de sobra para estudiarlo.

Era asombroso comparar progresivamente con la edad las fotografías y el comportamiento del niño, al grado que podíamos adelantarnos a sus gustos por los alimentos, sabíamos y comprobábamos que comidas le gustaban y cuales no, por supuesto que su golosina favorita eran las paletas de sabor de fresa; dejó la andadera también a la edad de ocho meses y nuevamente a sufrir para cuidar al niño hiperactivo. Donde si hubo una variante fue cuando Eva para dormirlo le cantaba la vieja canción llamada “El pájaro azul” no reaccionó con llanto, pero cuando le entonaba esa bonita arieta “Querido papito”de Giacomo Puccini que reza más o menos así:

O mio babbino caro

Mi piace è bello, bello

Vó andare in Porta Rossa

A comperar l’anello.......

entonces sí rompía en un lastimero llanto, pero insistía en que su madre se la cantara de nuevo, debía ser por lo melancólico de la canción o por su gran sensibilidad para la música, pienso yo.

No todo era exactitud comparada en el comportamiento del niño, pues sabemos que en el hombre la conducta genética está influenciada y modificada por el entorno, y el pequeño se estaba desarrollando en un nuevo ambiente, pero lo básico en su manera de ser y de actuar si lo era.

Nuestros parientes y amigos, sobre todo los que conocieron a Quiqui desde pequeño, expresaban sorprendidos al ver al nuevo niño:

- ¡Santo cielo! Pero si es idéntico al otro-

Y tenían razón, pero ellos no debían conocer nuestro secreto, pues pondrían en riesgo la tranquilidad del pequeño.

 

Por lo que respecta a mi trabajo de investigación, me encontraba embebido y dedicado a terminar una importante modificación a un estudio ya presentado por un equipo de investigadores de una prestigiada institución. Era una gran opción para hombres con esterilidad severa, de allí mi gran interés porque atañía a mi propio caso.

Cuando estuve seguro y pude comprobar mejores resultados en ratas de laboratorio, decidí que podría intentarlo con mi persona, pero antes tendría que consultarlo primero con mi esposa.

Una noche del mes de abril del siguiente año, mientras cenaba le pregunté a Evangelina:

- ¿No te gustaría tener una niña?

- ¿Qué? - respondió sorprendida- ¿De qué estás hablando?

- De eso que oíste, ¿te gustaría?- insistí.

- Sí, claro, pero ¿cómo? ¿qué traes entre manos? ¿otra clonación?

- No, por medio de un método que acabamos de perfeccionar es posible que yo pueda obtener mis propios espermatozoides.

- ¿Pero cómo? Ya te dijo el patólogo que quedaste totalmente estéril y perdiste toda esperanza- refutó Eva.

- Totalmente estéril no -aclaré enseguida- recuerda que aún quedó un poco de tejido testicular no afectado por las radiaciones.

- Verás, te explicaré a grandes rasgos sin entrar en detalles en que consiste esta metodología -le dije mientras ella se sentaba para escuchar atentamente-

“La prueba se realiza haciendo un xenotransplante de mi tejido testicular sano o cultivado a los testículos de ratas de laboratorio, éstas se encargan de desarrollar mis espermatozoides y los suyos propios, después se castran los animales y esos testículos y conductos deferentes se maceran para separar mis espermas y luego se pueden microinyectar en un óvulo; después el pre-embrión se implanta en tu matriz como se hizo para la clonación.”

-¡Fantástico! -exclamó Evangelina- pero tengo algunas dudas: ¿Qué tal si se equivocan y meten al óvulo un espermatozoide de rata? ¡Qué horror! saldría una cosa monstruosa ¡Olvídalo!- dijo mi esposa haciendo una gesticulación de espanto-

“No mujer no, -me apresuré a contestar- no es posible una equivocación de esa naturaleza, los espermatozoides de las ratas son enormes y con una muy larga cola comparados con los espermatozoides humanos, además aunque fuera posible tal equivocación, somos dos especies diferentes y tenemos diferente número de cromosomas no podría haber fecundación.”

Evangelina se quedó pensando un rato y por fin dijo:

- Sería maravilloso tener la parejita. ¿Te asegurarías de que fuera niña? -preguntó Eva-

- Ya sabes que es posible seleccionar el sexo, según te lo he explicado alguna vez -respondí- Además ya no habría necesidad de recolectar tus óvulos, pues todavía guardo algunos bajo crío-conservación.

- ¿Qué opinas?- Le pregunté entusiasmado.

- Opino que después de la clonación, ya nada me causa asombro y tengo una gran credibilidad en la ciencia, me gustaría intentarlo, bien vale el esfuerzo-

Convencer a Renato no me costó ningún trabajo, siempre estaba dispuesto a ir a la vanguardia de la investigación, además él ya había tenido éxito en la técnica de micro-inyección, y yo había perfeccionado el método de cultivo y transplante de tejido testicular tanto sano como maligno en animales de laboratorio junto con el Dr. Iván Kowinsky que era un Inmuno-endocrinólogo especialista en transplantes de todo tipo; así que informé a mi jefe científico el Dr.Epstein, que abríamos un nuevo caso de investigación y nos coordinamos para hacer el primer intento en el mes de mayo.

Me sometí nuevamente con tiempo suficiente, a la biopsia testicular a través del escroto con tubo de amplio calibre y separamos histológicamente el tejido normal del atrofiado; unas porciones destinamos a congelación en tanque de nitrógeno líquido y otra para su desarrollo en medios de cultivo.

El Dr. Kowinsky preparó con inmuno supresores a las ratas macho adultas de laboratorio para evitar todo rechazo y procedió a practicar la microcirugía de transplante de mi tejido testicular tanto normal como cultivado en los testículos de los útiles animalitos de experimentación quienes se habían convertido en mis fabricantes forzosos de espermatozoides humanos. Mientras, el Dr. Deschamps preparaba hormonalmente a Evangelina para tener un ciclo fértil de alta receptividad.

En cuanto comprobamos microscópicamente la presencia de mis espermatozoides en el líquido seminal de las ratas (campo que observé con verdadera fascinación), calculamos el tiempo que necesitábamos para efectuar todas las maniobras y coincidir en tiempo con los días más fértiles del ciclo.

Cuando estuvimos listos, procedimos a descongelar los óvulos de mi esposa y a separar y seleccionar el sexo de mis espermatozoides extraídos del líquido sobrenadante producto de la maceración de los testículos de las ratas. Renato llevó a cabo la microinyección de mis gametos en varios óvulos y yo me encargué de la incubación de los cigotos fecundados hasta la fase de pre embrión.

A las 72 horas después de la incubación, el Dr. Deschamps depositó tres de los valiosos pre-embriones en la cavidad uterina de Eva confiado en obtener un buen resultado.

El resto de los pre-embriones fueron crío-conservados, lo mismo que el remanente de mis espermatozoides.

Pasaron los días y el resultado fue negativo, así que, sin desanimarnos, nos preparamos para el segundo ciclo del mes de junio.

La operación se repitió esta vez con tres pre-embriones descongelados y luego tras una espera llena de impaciencia, les comuniqué el resultado positivo de la prueba de embarazo, todos estallamos en júbilo y celebramos el triunfo de ser los primeros en al mundo  en lograr una hazaña científica tan importante adjudicada,  al equipo del Instituto de Investigación de la Universidad de Arizona, y eso que la mayoría no estaba enterada de la proeza de la clonación.

Eva por supuesto estaba henchida de felicidad y tras una gestación completamente normal, me obsequió el 6 de marzo del 2009, una preciosa niña a la que llamamos Nidia Annette, quien junto con Manuel Alberto, llenaron de felicidad nuestras vidas y nuestro hogar.

 Tiempo después estando yo en mi oficina se presentaron intempestivamente mis amigos Renato y Raúl y sin mediar palabra, extendieron sobre mi escritorio un periódico el cual decía con letras enormes en primera plana: “NACE EL PRIMER NIÑO CLONADO” y luego con letras mas chicas: “HAZAÑA CIENTIFICA MARCA UN NUEVO HITO EN LA HISTORIA” Nos quedamos viendo, al momento que el Dr. Cháides expresaba con gran énfasis:

- Primer niño clonado....¡PURA SOMBRILLA!-  Los tres reímos a carcajadas.

Epílogo

El anuncio del "primer" bebé clonado causó una gigantesca ola de enconados comentarios y polémicas en todo el mundo desde el punto de vista ético, moral, religioso, político, legal, etc. y recayeron sobre el equipo de investigadores las más condenatorias críticas por su atrevido trabajo, así como también las más enardecidas  defensas en contra de las inercias negativas, ya que toda innovación de la ciencia, trae aparejada una reacción en cadena tanto en el medio ambiente como en la conciencia moral en el sistema de valores.

Hoy en día la sociedad ha admitido la clonación como un método más de fertilización in vitro aplicable sólo a casos muy especiales, aunque no se han efectuado muchas clonaciones al menos oficialmente.

Las ramas de la Ciencia Genética -como ustedes lo pueden constatar- han avanzado notablemente. Desde el año 2010 se han desarrollado muchas pruebas genéticas para la predicción de otras tantas patologías, debido a la facilidad de accesar en las clínicas de diagnóstico por medio de chips a la lectura del ADN; la terapia génica ha tenido una inusitada importancia a partir del 2020 con la utilización de las terapias oncogénicas dirigidas específicamente a la causa genética del cáncer; la ingeniería genética ha perfeccionado la optimización de pre-embriones en humanos y animales; en citogenética como ya conocen, se ha logrado la obtención de los primeros órganos y otros tejidos; la farmaco-genética ha diseñado medicamentos personalizados en función del perfil genético de los pacientes, especialmente en el tratamiento del cáncer.

Desde antes del 2030 ha habido avances significativos en el estudio de los anti gerontogenes de modo que la esperanza de vida media en el ser humano ha subido hasta los noventa años; ya existen sólo en los Estados Unidos unas doscientas mil personas centenarias, esto debido a la facilidad de monitorear en tiempo real exámenes clínicos diarios, para diagnóstico o control por medio de computadoras para saber acerca de enfermedades como la avitaminosis, la diabetes, hipercolesterolemia, infecciones, etc.  Hemos avanzado mucho en la diferenciación especializada de las células madre "stem cells" y años más adelante podremos fabricar los primeros órganos por clonación; y a pesar de todo esto, continúa el debate sobre si el hombre debe tomar el control se su propia evolución. ¡Qué cosas!

Manuel Alberto se recibió de médico en Boston, está iniciando una especialidad en farmaco-genómica y paralelamente sigue entregado a su vacación artística como destacado cantante de ópera en el Conservatorio de la Universidad.

Hace tres años a raíz de la entrega de la documentación de Manuel Alberto para ingresar al hospital a iniciar su residencia médica, un reportero del New York Millenium, no sé por que camino ni con que fin, llegó hasta el servicio de Inmigración siguiendo el apellido, y descubrió que las huellas digitales no coincidían en fecha de nacimiento pero si en dos individuos distintos, y de allí fue deshilando la madeja hasta llegar a un descubrimiento parcial de la verdad pues nos hemos negado, la familia y yo, a dar información a los medios de comunicación previendo la exhumación del cuerpo de Quiqui para extraer una pieza dental y con ella hacer una comprobación del ADN.

Se han publicado tantas cosas a nivel mundial, muchas de ellas imprecisas y las demás suposiciones, que me veo obligado a narrar mi historia en ésta Editorial que es seria y responsable para dar la verdadera dimensión a los acontecimientos pasados. Con esto espero que queden aclarados los pormenores de la primera clonación de un ser humano en el mundo que aún vive y que es mi hijo.

Por lo que a mi respecta, ocupo ahora la Dirección de los Laboratorios de Investigación sobre Genética tras la jubilación de mi jefe científico y amigo el Dr. Epstein y sigo inmerso en mis investigaciones sobre genes inmortales y como catedrático en la Universidad.

Mi proyecto más importante casi terminado que ocupa mi atención por el momento, es sobre bacterias u protozoarios transgénicos con capacidad genética para la producción industrial de enzimas degradantes de la celulosa de los vegetales y productos elaborados como papel y tela, para transformarlos en carbohidratos perfectamente asimilables para el hombre y los animales, como lo hacen algunos microorganismos del suelo y del estómago de los rumiantes. Por este trabajo he sido propuesto para el Premio Nóbel de las Ciencias por la Academia Americana de Genética y Biotecnología.

A los futurólogos que se han basado en la evolución de fenómenos ya observables (que no a los adivinos) del siglo pasado, sean de cualquier posición, humanistas como Marcuse, Ellul, o utopistas como Artur C. Clarke o Alvin Toffler, mi más grande admiración y respeto por su gran visión del futuro, mismo que se ha ido cumpliendo con precisión sobre todo en países desarrollados donde se ha abierto una gama extensa de innovaciones técnicas y científicas que ya están suscitando un problema de múltiples opciones y prioridades. Por ejemplo en los países de elevado nivel de vida ya se está acentuando el cambio en el estilo o la mística de la maternidad, debido al papel cada vez más participativo de la mujer en la sociedad y a la prioridad que tienen éstas por una vida profesional, de negocios o de placer en lugar del matrimonio y los hijos tempranos.

La biotecnología les está brindando opciones a escoger, desde la crío-conservación de sus propios óvulos o pre-embriones incluso mejorados genéticamente, hasta la adopción o la adquisición de un embrión con ciertas características incluido el útero alquilado, que están empezando a utilizar después de una jubilación temprana cuando todavía tienen las energías suficientes, madurez sensata, posición estable y mayores probabilidades de longevidad para el cuidado de los hijos; pero también los matrimonios se están haciendo más temporales y de más fácil disolución.

Debido a la falta de atención de de los gobiernos a lo pronosticado por los futurólogos en el siglo pasado referente a la merma de los combustibles fósiles y la variable ambiental, como todos sabemos, sufrimos la crisis de energéticos en el año 2025 y la tecnología tuvo que proceder a marchas forzadas para encontrar otras fuentes de energía como la solar y especialmente la fusión nuclear. Afortunadamente este acontecimiento ha empezado a solucionar otro gran problema que amenazaba con extinguirnos como es la contaminación ambiental por gases generadores del efecto invernadero; gracias a la nueva energía limpia en la industria y a los motores eléctricos y de hidrógeno en los automóviles, han bajado los índices peligrosos de contaminación y mejorado la salud de los habitantes sobre todo en enfermedades de las vías respiratorias en las grandes ciudades.

En lo que si no hemos cambiado mucho con respecto al siglo pasado, es en nuestra necedad o intrepidez de abandonar nuestro planeta y lanzarnos a la conquista del Universo. Aunque hemos comprobado en las estaciones espaciales que el hombre no está hecho par vivir en el espacio a causa de numerosos problemas como son: distrofias musculares, descalcificación de los huesos, problemas inmunológicos, mutaciones genéticas y cáncer por radiaciones cósmicas, etc., seguimos porfiando contra todo riesgo en lograr nuestro propósito.

La insistencia de terra-formar el planeta Marte a consecuencia del primer hombre en suelo marciano, a costa de enormes sumas de dinero, sigue siendo una obsesión del ser humano, olvidando por completo que todavía su propio hogar no ha sido terra-formado a pesar de tener muchas mejores condiciones que el inhóspito y hostil planeta rojo.

La única manera de conquistar el espacio profundo en busca de un planeta similar a la Tierra será mediante hombres-máquina, hombres especializados que se habrán despojado de su endeble estructura orgánica, a excepción del cerebro y que llevarán en sus naves millones de embriones selectos con genes especiales y genios clonados; úteros artificiales, una basta biblioteca holográfica con toda la ciencia, tecnología y cultura de la raza humana, misma que podrá ser introducida selectivamente y por etapas en los cerebros infantiles de los futuros humanos mediante poderosas neuro computadoras, pero para esto faltan aún...muchos años.

Tampoco hemos avanzado mucho con respecto al siglo pasado en lo que se refiere a la violencia el odio y la guerra; sigue siendo una forma deficiente y siniestra, nuestra incapacidad para vivir en armonía con quienes difieren en nuestra forma de pensar y sentir.

No hemos mejorado lo suficiente a pesar de los adelantos de la ciencia y la tecnología, aunque ya tenemos algunos fármacos, chips neurológicos y técnicas de terapia génica contra la violencia, estas están circunscritas a determinados sectores como son sanatorios psiquiátricos y reclusorios.

No hemos podido consolidar nuestro intento de mutua comprensión, porque la intolerancia y la soberbia nos erige en líderes para imponer nuestra voluntad e ideales a base de la fuerza y las armas.

Las religiones sin especificar cuales, en lugar de coadyuvar a la tolerancia y buena voluntad entre sus congéneres, se disimulan del amor que deberían predicar, y sus apéndices más fundamentalistas y fanáticos en nombre de sus dioses, reprimen, matan cobardemente y fomentan y practican el terrorismo: tal parece que emulando a los aztecas quieren satisfacer a su divinidad sacrificando miles de vidas humanas. Sigue imperando la ley del talión en su forma extrema de incompatibilidad interracial que disfrazamos impúdicamente como animo de justicia.

Es increíble como los humanos nos adaptamos de inmediato a las innovaciones de la tecnología, a tal grado que vamos perdiendo nuestra capacidad de asombro.

No hace tantos años revolucionaron nuestro modo de vivir la televisión analógica en blanco y negro y las primeras computadoras; hoy mi esposa controla desde su sala de estar cómodamente sentada, su TV digital extra plana con tecnología holográfica de multi proyección para emitir y recibir imágenes en tercer dimensión, también con ella realiza todo tipo de operaciones, desde programas interactivos por banda ancha, equipo de sonido, alarmas de seguridad de la casa, control de su estufa, horno, lavadora y secadora, pasando por el video teléfono y la navegación por internet a través del control remoto....sí, yo todavía me asombro.

Me pregunto: ¿Cuántas cosas me tocará ver todavía? porque realmente no he envejecido... ¿Quieren saber por qué?