B I O G R A F I A
1 de Octubre de 1909          5 de Marzo 1997
Don REMIGIO LIZARRAGA ZAPATA, hombre campechano y ameno, vio la luz primera en el puerto de Guaymas Sonora, el 1 de octubre del año de 1909. Tercer hijo del matrimonio formado por Don Eulogio Lizárraga de oficio ferrocarrilero y Doña Catalina Zapata, ambos nativos del Estado de Sinaloa. Por azares de la Revolución, padres y familiares se trasladaron al Estado de Sonora a un pueblito que se llamaba Los Angeles el cual se ubicaba al este de Estación Pesqueira del que únicamente quedan las ruinas. En este pueblo su familia trabajó en una fábrica de Hilados y Tejidos propiedad de una familia de apellido Abazcal. Tiempo después se establecieron en la Villa de Magdalena en donde laboraron en una fábrica de cigarros la cual elaboraba las marcas "No Hay Mejor", "La Esmeralda" y "El Toro" propiedad del señor Wenceslao Monroy. (foto 1) (foto 2)
A mediados del mes de abril de 1912, cuando Don Remigio tenía la edad de tres años, arribaron a esta frontera de Nogales y habitaron la última casa por la entonces calle Camou, hoy Internacional, con el número 327.
Inició sus estudios de párvulos en la escuela  Juan  Enrique  Pestalozzi en  1917 y  continuó  su instrucción primaria en la escuela  
 Melchor Ocampo cubriendo hasta el cuarto año que era el grado máximo en aquel tiempo no continuando su educación por las precarias condiciones económicas familiares. 
Don Remigio mucho se ha preocupado por cultivarse, aparte de aprender de la Escuela de la Vida; posee una gran retentiva mental y una admirable memoria retrógrada.
En 1919, toda su familia se trasladó a la ciudad de Phoenix, Arizona, a la pizca del algodón, regresando nuevamente a Nogales. Su primer trabajo (1920-22) fue de aprendiz en el ferrocarril en el que fue introducido por Don Abel Huerta quien era telegrafista del Sud Pacífico.
De 1922 a 1925, fue empleado mensajero de la Agencia Aduanal Joffroy donde se encargaba, entre otras cosas, de enviar a muchas partes del mundo las muestras de garbanzo mexicano para su venta y posterior exportación.
Trabajó también como conserje en el Consulado de México en Nogales Arizona, desde mayo de 1925 hasta abril de 1929, año en que pasó a formar parte del personal de la Aduana; de allí fue transferido al puerto de Mazatlán en 1934 y luego a Laredo Tamaulipas, para regresar nuevamente a Nogales en 1938 hasta su baja en el año de 1942.
Se dedicó a las actividades bancarias (1942-47) en el entonces Banco del Pacífico que después pasó a ser el Banco Nacional de México.
Reanudó la prestación de sus servicios en las Agencias Aduanales, tocándole inaugurar la Agencia Aduanal de Don Gonzalo Gamas Rosique donde trabajó durante seis meses; luego volvió a Agencia Aduanal Joffroy donde laboró por espacio de 25 años más; (1947-1972), ocupando los puestos de documentador de exportaciones y encargado del Departamento Legal.
El 3 de mayo de 1930, contrajo nupcias con Doña Guadalupe Arvizu Campa originaria de Huépac Sonora, compañera de toda su vida, jovial y alegre, de grata memoria, pero que infortunadamente se nos adelantó por el camino que ineludiblemente tenemos que recorrer.
De este matrimonio fructificaron sus hijos: Lilly Ana quien nació en Nogales Arizona, David Isauro que falleció a los tres meses de edad; Raúl Alfredo correcto y caballeroso amigo; Rodolfo Remigio "El Popo" alegre y bohemio y José Mario quien no se queda a la zaga.
Ya casado, residió por diferentes rumbos de la ciudad, primeramente por la cañada Vázquez, después al norte de la calle Moctezuma donde antes viviera Don Juan Coullenfort y posteriormente Don Pedro González; tiempo después habitó por la calle Ferrocarril hoy Ruiz Cortines, luego por la calle Latinos en la Colonia Municipal y por último por la calle Congreso No. 98 también en la Colonia Municipal donde actualmente radica.
En su juventud, Don Remigio gustó de practicar los deportes especialmente el béisbol, donde jugaba apasionadamente con el equipo de su Colonia Municipal, e incursionó efímeramente en el terreno del box con tan mala fortuna que ya no quiso nada con este deporte.
Su inquietud por "escudriñar en el pasado" como el mismo suele decir, lo llevaron a narrar y publicar amenamente en el desaparecido periódico "La Voz del Norte", sus Remembranzas Deportivas donde fueron insertas en los años de 1979 y 1980.
En el mes de octubre de 1987, en el mismo periódico se lanzó una convocatoria para el primer concurso denominado "Crónica de Barrio" auspiciado por el Programa Cultural de las Fronteras, el Ayuntamiento de Nogales, e ISSSTE Cultura y que culminó el 25 de noviembre de ese mismo año. En este concurso, el Jurado Calificador determinó otorgar reconocimientos y premios a los tres primeros lugares que fueron:
Primer lugar al señor Don Saturnino Castillo Morales (otro gran amigo ya finado) por su tema crónica "La Cañada Vázquez" con $ 400,000 en efectivo.
Segundo lugar a Don Remigio Lizárraga Z. por su tema "La Colonia Municipal, sus Calles y sus Gentes" con $ 250,000 en efectivo.
Tercer lugar a Don Manuel Cruz Araiza por su tema "Cañada Héroes" con 100.000  pesos en efectivo.
Desde 1990 nos hemos dado a la tarea de formular estos escritos, un poco por la insistencia del que esto escribe y otro tanto por Don Remi del que seguido le oigo comentar:
"¿Quién es aquél que en alguna ocasión no se le ha ocurrido preguntar cómo era el lugar donde vive o cómo fue este pueblo hace 100 años o más?"
El objeto de este "remedo" de libro, es pues, hacer que los viejos habitantes de esta ciudad evoquen el pasado que tal vez fue grato y además, dar a conocer a las nuevas generaciones cómo era el suelo donde nacieron y donde nacieron sus antepasados.
Se muy bien -dice Don Remigio- que mis memorias adolecerán de algunos errores, omisiones o imprecisiones, porque es bien sabido que la mente a través de los años se va cubriendo con el polvo del olvido que impide “ver” con la claridad del presente; por esta razón estoy en la mejor disposición de rectificar cualquier observación cierta que se sirva hacer el lector”.
“Cuando yo deje la materia de este mundo -continúa diciendo Don Remigio- espero haber cumplido con aquella vieja sentencia de Lin Yu-Tan que reza: Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”
Don Remigio dejó de existir con gran pena para el que esto escribe, el 5 de marzo de 1997 a las 11:15 A.M. en el Hospital Holly Cross de Nogales Arizona, y fue sepultado al lado de su esposa en el panteón de Los Cipreces.
DESCANSA EN PAZ AMIGO, BAJO EL SUELO QUE TANTO AMASTE. ADIOS.
Qfb. Enrique Mascareñas S.