LA ENGAÑADORA |
(Enrique Jorrín) |
A Prado y Neptuno, iba una chiquita |
que todos los hombres la tenían que mirar. |
Estaba gordita, muy bien formadita |
era graciosita en resumen colosal. |
Pero todo en esta vida, se sabe |
sin siquiera averiguar, |
se ha sabido que en sus formas |
tan sólo relleno hay. |
Que bobas son las mujeres |
que nos tratan de engañar (¡que dijiste!) |
Ya nadie la mira, |
ya nadie suspira, |
ya sus almohaditas |
a nadie puede engañar. |