PERFIDIA
(Alberto Domínguez)
Nadie comprende lo que sufro yo,
tanto que ya no puedo sollozar,
solo temblando de ansiedad estoy,
todos me miran y se van.
Mujer, si puedes tu con Dios hablar,
pregúntale si yo alguna vez
te he dejado de adorar;
al mar, espejo de mi corazón,
las veces que me ha visto llorar
la perfidia de tu amor.
Te he buscado por doquiera que yo voy,
y no te puedo hallar,
¿Para qué quiero otros besos
si tus labios no me quieren ya besar?
Y tú, quién sabe por dónde andarás,
quién sabe qué aventuras tendrás,
que lejos estás de mi.