UNO |
(Dicépolo - Mores) |
Uno busca lleno de esperanzas |
el camino que los sueños |
prometieron a sus ansias, |
Sabe que la lucha es cruel y es mucha |
pero lucha y se desangra |
por la fe que lo empecina. |
Uno va arrastrándose entre espina |
en su afán de dar su amor, |
sufre y se destroza hasta entender |
que uno se ha quedao sin corazón. |
Precio de castigo que uno entrega |
por un beso que no llega |
o un amor que lo engañó |
vacío ya de amar y de llorar |
tanta traición. |
Si yo tuviera el corazón, |
el corazón que di, |
si yo pudiera como ayer |
querer sin presentir, |
Es posible que a tus ojos |
que me gritan su cariño |
los cerrara con mis besos, |
Sin pensar que eran como esos |
otros ojos los perversos |
los que hundieron mi vivir. |
Si yo tuviera el corazón |
el mismo que perdí |
si olvidara a la que ayer |
lo destrozó y pudiera amarte, |
me abrazaría a tu ilusión |
para llorar tu amor. |
Pero Dios te puso en mi camino |
sin pensar que ya es muy tarde |
y no sabré como quererte. |
Déjame que llore como aquel |
que sufre en vida la tortura |
de llorar su propia muerte. |
Buena como sos habría salvado |
mi esperanza con tu amor, |
uno está ciego en su penar |
uno está tan solo en su dolor. |
Pero un frío cruel |
más cruel que el odio |
punto muerto de las almas |
tumba horrenda de mi amor |
maldijo para siempre y se llevó |
toda ilusión. |
Si yo tuviera el corazón . . . . . . |